jueves, 28 de marzo de 2024 11:21
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Nadal vuelve a una final de Gran Slam tres años después

Se ha impuesto en la semifinal al búlgaro Grigor Dimitrov en un apasionante partido decidido a cinco sets (6-3, 5-7, 7-6, 6-7, 6-4). 

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RafaelNadal


El tenista español Rafa Nadal peleará este domingo por su decimoquinto 'grande' después de lograr este viernes su pase a la final del Abierto de Australia, tras imponerse en su semifinal al búlgaro Grigor Dimitrov en un apasionante partido decidido a cinco sets (6-3, 5-7, 7-6, 6-7, 6-4).


El balear volverá a estar en la lucha por un gran título tres años después de la última vez, en Roland Garros en 2014, tras sacar adelante un 'maratón' de casi cinco horas de duración ante un rival que, salvo en el primer parcial, ofreció un gran nivel y plantó mucha 'batalla' antes de encajar su primera derrota del año tras diez victorias seguidas.


El manacorí jugará por cuarta vez por el título en Melbourne, ocho años después de ganar allí por primera vez, precisamente ante el que será su oponente, el suizo Roger Federer, una final soñada para muchos aficionados y que reavivará la enorme rivalidad que vivieron no hace demasiado ambos por reinar en el mundo.


Para sacar este billete e intentar superar a Pete Sampras, Nadal tuvo que confirmar su salto respecto a últimos años. Ya lo había dejado entrever en sus anteriores choques, pero ante un Dimitrov que demostró todas las condiciones que hacen pensar que debe estar en la pugna por grandes cosas en el futuro, el balear demostró que ha vuelto a encontrar el camino.


El físico le vuelve a responder al español, más fresco para aguantar la tremenda intensidad de la semifinal y para que su cabeza, de nuevo en la línea correcta como antaño, funcionase para manejar la tensión en los momentos decisivos. Y todo ello acompañado de la exigencia a la que le sometió el búlgaro, que fue creciendo según pasaba el partido, pero que estuvo menos fino en esos compases claves, donde su rival aprovechó su experiencia.


Sólo en el primer set pudo mandar el español. A partir de ahí, las cosas se equilibraron, principalmente por el mérito de un Dimitrov cuyo 'drive' hizo mucho daño y logró muchos ganadores (79, 20 en forma de 'ace'). Nadal, en cambio, no fue tan demoledor, pero sí castigó y desgastó desde el fondo al de Haskovo que terminó con 69 errores no forzados por los 43 del español, que firmó 45 'winners'.


SETS MUY LARGOS 


Algo más de media hora tardó en llevarse la primera manga el nueve veces campeón de Roland Garros, que tras un apuro inicial logró un 'break' clave en el cuarto juego para cerrar por 6-3. Ya no hubo respiro y los otros cuatro parciales se fueron más allá de la hora de duración.


Dimitrov mejoró rápidamente, sobre todo desde el servicio, y empezó a dominar mejor los peloteos para forzar más al español que se vio rápidamente abajo 4-1. Nadal no se descentró y recuperó el terreno antes de bajar con el servicio y ofrecer demasiados resquicios al decimoquinto favorito que, a su quinta bola de set, consiguió igualar el choque tras llevarse el set con un 'break' final (5-7).


El nivel tenístico en la Rod Laver Arena empezó a alcanzar cotas muy altas. Ninguno de los dos semifinalistas estaba dispuesto a dar su brazo a torcer y el balear pudo minimizar errores y devolver la seguridad a su servicio. Amenazante al resto en cuanto tenía la oportunidad, rompió para coger ventaja (3-2), renta que apenas duró porque Dimitrov replicó al instante.


Finalmente, tras varios juegos llenos de tensión y donde ambos jugadores sacaron a relucir su calidad y su temple, la manga se fue al 'tie-break', donde el español, como ante Milos Raonic, fue sólido para obligar a su rival a llevar el partido a cinco parciales. En el cuarto, los saques se impusieron y el búlgaro respondió con ganadores a un Nadal menos espectacular, pero pétreo igualmente. Sin embargo, en la 'muerte súbita', Dimitrov fue superior y dio a los entregados aficionados un quinto set.


La situación era de sobra conocida para el balear, acostumbrado antaño a jugar maratones y que ya ante el alemán Alexander Zverev lo tenía que haber hecho, mientras que para el de Haskovo la situación era nueva. Pese a esto, rayó a gran nivel, mostrando la suficiente agilidad para mantener sus opciones y con la ventaja de ir sacando primero para poner presión.


Ambos pasaron algún momento de dificultad con su servicio, pero lo solventaron con la calidad ofrecida durante todo el partido. Dimitrov tuvo un buen 15-40 con 4-3 a su favor, situación adversa muy bien manejada por el manacorí, que no desaprovechó la rendija que le concedió su oponente en el siguiente juego. Un revés a dos manos le dio la rotura y luego terminó con la 'eterna' resistencia del búlgaro para citarse el domingo con su amigo Federer que, como él, también llega tras superar problemas físicos.

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