Un vecino de Portugalete recoge firmas para mejorar la accesibilidad del Puente Vizcaya
Una denuncia en Change.org expone los problemas a los que las personas con movilidad reducida se enfrentan para acceder al icónico puente colgante.
Imanol Gómez es un vecino de Portugalete con una discapacidad del 42%. La poliomielitis le dejó una cojera en la pierna izquierda. Él es completamente autónomo, pero es consciente que hay otras muchas personas con algún tipo de discapacidad que lo tienen más difícil.
Por eso ha denunciado que el Puente Vizcaya --declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 2006—“no es un patrimonio de la humanidad. A pesar de haber recibido esa distinción, la realidad es que discrimina a las personas con problemas de movilidad”.
A través de una petición en Change.org, Gómez señala que “no es justo que las personas en silla de ruedas, con muletas o sillas de bebé, con fallos motores o con otros impedimentos, no puedan acceder a los miradores del puente ni a su pasarela peatonal superior para disfrutar de las fabulosas vistas”.
Con esta recogida de firmas a través de internet pretende que este icónico puente “cumpla con la normativa de accesibilidad y adapte de inmediato su estructura para que esa otra humanidad que ahora no puede disfrutar de él sea tenida en cuenta”.
Gómez quiere que esta denuncia llegue a la consejera de Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, para que se inste a la empresa que gestiona el puente a que instale un ascensor o una plataforma elevadora que rompa con la barrera que representan los veinte escalones para acceder al trasbordador.
“El desnivel es apenas de cinco metros, por lo que sería tan sencillo como colocar en el interior de las tiendas un ascensor o una plataforma elevadora que enlazase con el actual ascensor situado en los balcones del puente. Así, las personas con problemas de movilidad podrían acceder y llegar hasta la plataforma aérea”, expone.
La empresa gestora realizó trabajos para modernizar el puente entre los años 1996 y 1999.
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