lunes, 29 de abril de 2024 05:18
Opinión

El discurso del Rey, el Congreso y los que no tienen Rey

Carmen P. Flores
Carmen P. Flores
Directora de Pressdigital

Directora de PressDigital

El Rey Felipe VI ha inaugurado la XV legislatura en el Congreso, en un acto solemne, como suele ser habitual. El discurso del Rey era esperado tras los pactos de investidura de Pedro Sánchez y la ley de amnistía que tan criticada ha sido y sigue siendo. Quien esperara una salida de tono del monarca se equivocaba. Se ha limitado a realizar una defensa de la Constitución como marco democrático que permite convivir y prosperar en libertad. Ella permite una España cohesionada y unida. Felipe VI ha pedido entendimiento, reconocimiento de las diferencias, respeto y superación de las divisiones. Un discurso institucional, sin salirse de la línea marcada de la corrección y la representación que ostenta. Solo al inicio de su discurso, como el que no quiere la cosa  dejó caer que agradece la colaboración de los grupos políticos de la Cámara que comparecieron en el procedimiento de consultas. A buen entendedor pocas palabras bastan. 

 

Archivo - El Rey Felipe VI y la Reina Letizia salen de la Solemne Sesión de Apertura de la XIV Legislatura en el Congreso de los Diputados.
Archivo - El Rey Felipe VI y la Reina Letizia salen de la Solemne Sesión de Apertura de la XIV Legislatura en el Congreso de los Diputados.

 

Es que una vez más los grupos independentistas- que apoyan al gobierno legítimo de Sánchez- se ausentaron del hemiciclo: Bildu, Junts, ERC y el BNG dieron plantón para posteriormente sacar un comunicado - Junts no lo firma- en el que manifiestan que la Monarquía española y el rey de España no les representan. "Las sociedades catalana, vasca y gallega rechazan mayoritariamente la figura de una institución monárquica”, aseguran.. Se olvidan que la Monarquía fue votada en el Congreso. Mientras estos grupos políticos montaban el número al que ya nos tienen acostumbrados, los representantes del PNV sí que estuvieron presentes, conocen sus obligaciones.  Lo mismo que los diputados de Sumar que incluso aplaudieron el discurso del Rey. 

 

Una vez más, los partidos independentistas ajustan el cumplimiento de la Constitución a su manera de pensar. Sus señorías saben que tienen una serie de obligaciones que deben cumplir, lo han prometido. La Monarquía está reconocida en la Carta Magna. Ya sabemos que la imaginación es libre y la falta de respeto es propia de ellos también. Si el ejemplo que están dando  estas “señorías” de esas cuatro formaciones es aplicable a lo que piensa la ciudadanía - que por cierto ellos dicen que la mayoría del pueblo no quiere la Monarquía, ¿lo han mirado en una  bola de cristal? - llevaría a que todo lo que no gusta, pues no se cumple. Que los impuestos suben, pues como los impuestos molestan y no van con la manera de pensar de la mayoría de la gente, pues no se pagan y tampoco debería pasar nada. Lo mismo que ocurre con la ausencia de sus “señorías” que plantan a quienes no le representan o que les cae mal. Se levantan de sus asientos, se van, o anuncian que a tal acto no asistirán. Si se realiza una encuesta y la pregunta fuera si sus señorías les representan, mayoritariamente la respuesta sería que no. 

 

La responsabilidad, el respeto a las instituciones y la ejemplaridad en la representación de sus cargos debería ser la norma que rija a los llamados “representantes del pueblo”. Lo que quiere decir que, en esta sociedad plural, diversa y contradictoria, otorgarse la propiedad del voto como si se le hubiera dado capacidad absoluta, sin derecho a réplica, no tiene sentido. Consultar a los que le han dado su voto temporal - no en propiedad y vitalicio- sería lo lógico y ético.

 

Así que, una vez más la libertad mal entendida ha vuelto a revolotear por el Parlamento que está muy fragmentado y con los nervios a flor de piel. Echar gasolina al fuego no es la manera de apagarlo. Lo que se necesita es agua para  reducir  la llama que lleva encendida desde hace ya demasiado tiempo. No sé quién dijo que “dos no se pelean si uno no quiere”, en este caso hay más de dos, pero los dos grandes partidos están obligados a dialogar, llegar a acuerdos., aunque sea puntuales .Eso es lo que pide la ciudadanía.

 

Lo que sí está también asegurado es el comportamiento de la presidenta del Congreso, Francina Armengol, que confunde la casa de la representación del pueblo con su partido, y se equivoca. El pueblo es plural, Armengol no lo es. Se le nota y tendrá muchos problemas en esta legislatura. El espectáculo está asegurado si no no se ponen límites. 

 

Decía Immanuel Kant que “la mayor perfección del hombre es cumplir el deber por el deber”. 

 

COMENTAR

Sin comentarios

Escribe tu comentario




He leído y acepto la política de privacidad

No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.

Más opinión
Opinadores
Pressdigital
redaccion@pressdigital.es
Powered by Bigpress
RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS. EDITADO POR ORNA COMUNICACIÓN SL - Publicidad
Aviso-legal - Política de Cookies - Política de Privacidad - Configuración de cookies - Consejo editorial
CLABE