lunes, 29 de abril de 2024 17:25
Opinión

Santos Cerdán, Carles Puigdemont, Francisco Galindo, la Silla Rota y el chocolate

Carmen P. Flores
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Directora de Pressdigital

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Cuando nos hablan de Suiza nos viene enseguida la imagen del frío, las pistas de esquí donde van los que tienen mucho dinero y se pueden permitir el lujo de esquiar allí, donde la vida no es que esté al alcance de todos los bolsillos. El chocolate suizo que es de los mejores, los relojes suizos, que son signo de calidad. Lo mismo ocurre - hasta hace bien poco- con los que llevaban sus dineros a bancos de este país para que nadie supiera de cuantos millones eran sus cuentas corrientes. Suiza ha sido y sigue siendo el refugio de los que tienen mucho dinero y se permiten gastarlo en mejorar su “calidad” de vida. Suiza ha sido el refugio de Cristina de Borbón, que se marchó a vivir a Ginebra tras el escándalo de su ya exmarido Urdangarín. Allí sigue viviendo. Casualidades de la vida, han coincido en el mismo tiempo con la llegada de Marta Rovira, que vive allí para huir de la justicia española, tras las” revuelta” del procés. ¿Quién se lo paga? 

 

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El expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont @ep


¿Pero qué tendrá Suiza y especialmente la ciudad de Ginebra que tanto atrae a ricos y no tan ricos? Alguien lo explicará. Lo pregunto porque el huido Puigdemont - perdón, que ya no es huido sino el máximo interlocutor con el partido socialista- y compañía eligieron esta ciudad para mantener la primera reunión, que sepamos, con los socialistas. En el transcurso del encuentro se presentó al mediador, le llaman “verificador”. De esta manera se dio a conocer el nombre del afortunado “verificador” que se trata de un diplomático salvadoreño, Francisco Galindo, con amplia experiencia en temas de refugiados, y especialista también en conflictos con la guerrilla. 


La elección de la persona, con un buen currículo, ha sorprendido, porque en España conflicto con la guerrilla no hay, a no ser que se considera guerrilla, en este caso urbana, a los CDR, el Tsunami “Democrático” y demás grupos que montaron su particular guerra para que se enterara el mundo de que España tiene colonizada a Catalunya. Pues igual ahora resulta que nos hemos enterado de todo el conflicto. ¿Y qué pasa con los constitucionalistas que han sufrido todo el proceso sin tener culpa de nada? ¿Cómo se les llama y qué gobierno o verificador los va a defender mediante la mediación con los partidos independentistas y las guerrillas urbanas? 


Pues bien, con Ginebra como sede de resolución del conflicto entre Catalunya y España, Santos Cerdán, el cabeza de turco de esta historia - cuando esté quemado, Pedro Sánchez le dará la patada en el suizo- se reunió con Puigdemont, Turull y la cara de cabreo permanente de Miriam Nogueras. Todos salieron muy contentos, repercusión en los medios, pocas declaraciones y lo mejor fue la respuesta de Santos Cerdán cuando le preguntaron por el encuentro: “Ha sido una reunión de trabajo”, se le supone que fue así, y no de una visita guiada por la ciudad, con parada delante de la Silla Rota, una a escultura de 12 metros de altura y 5,5 toneladas de madera que tiene una pata rota. ¿Qué significa lo de la pata rota? Es una protesta contra el uso de minas antipersonal. ¿Alguna similitud con el conflicto catalán? ¿O quizás fueron a visitar el cementerio Plainpalais donde se encuentra la tumba del escritor argentino Jorge Luís Borges? Hay que ver las respuestas del  secretario de organización socialista.


Lo que es cierto es que resulta surrealista todo el número que están montando los negociadores, que los socialistas se hayan prestado a bailar con la estrella de la pista y que además sea ella la que marque el paso. Es de locos.


En una democracia consolidada como la que disfruta España, que durante muchos años ha sido ejemplo para otros países, ahora resulta que hay un conflicto en Catalunya y se echa mano de un extranjero para solucionar el mismo. Y además con la ley de Amnistía, se hace borrón y cuenta nueva. Es decir, volver a empezar, porque quien piense que esto se termina así está muy equivocado, no lo digo yo, lo dicen los actores. Así que el esperpento que se está llevando a cabo en el escenario político, con sede en Ginebra, sigue alimentando la incredulidad ante lo que está sucediendo. Decía el dramaturgo, poeta y novelista, Valle- Inclán que ““en España el mérito no se premia. Se premia el robar y el ser sinvergüenza. Se premia todo lo malo”. ¿Tendrá razón el escritor gallego? Si viviera en esta época tendría material suficiente para seguir escribiendo con su particular ingenio y maestro del esperpento.

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