La sequía no se arregla mirando al cielo para ver si llueve

Hay un dicho popular que dice “donde falta la previsión, faltará la provisión”. Siempre los refranes  se basan en la experiencia, la sabiduría popular que se transmite de generación en generación. Algunos no suelen hacer caso y como se dice les coge el toro. Una situación que afecta al consumo  de agua en los hogares, el campo y las empresas entre otros sectores.

Desde hace unos cuantos años, muchos, el tema del agua viene siendo una cuestión prioritaria - para los gobiernos parece ser que no-. Eso de prever no lo suelen practicar los que mandan, se pasa al otro extremo: improvisar, una acción que en la mayoría de los casos suelen traducirse en chapuzas. De eso se sabe mucho en España. ¿Es el país de las chapuzas? Sí. No se libra ninguna zona. Especialmente los territorios que cada vez suelen tener menos lluvias y, consecuentemente, menos reservas de agua.

Pero la situación de sequía no es nueva, los entendidos vienen avisando de la gravedad del tema, nadie les hace caso. Como en  la fábula del pastor mentiroso y el lobo que todos conocen. Eso es lo que está pasando ahora: nadie creía los avisos  hasta que la realidad actual le ha hecho entrar en razón: sequía en buena parte de España, sin que se haya previsto, sin respuesta a la situación por parte de las administraciones implicadas que no han querido escuchar a las empresas privadas. Cientos de veces les vienen anunciando - desde años- la situación , la necesidad de una estrategia válida. No les han hecho ni puñetero caso, o lo que es más grave: ponen al frente de las empresas públicas o agencias a personas que no suelen tener conocimientos , que no quieren ni escuchar a quienes se los dicen. Como resultado no hay planificación, no se toman decisiones. El resultado es una catástrofe como la que se está viviendo. 

En Catalunya, Samuel Reyes, director de la Agencia Catalana del Agua, no es precisamente un lumbrera: no conoce bien el tema que lleva entre manos - se le debe escapa el agua entre sus dedos-, ni tiene intención de escuchar, hablar, consensuar con las empresas del agua, sino que siente un cierto “escepticismo” hacia ellas. Es la actitud que suelen adoptar los incompetentes, los que lo saben todo porque tienen un cargo.

Lo cierto es que, este jueves, el gobierno de Pere Aragonés ha  declarado  en Catalunya  la entrada en emergencia por sequía en el sistema Ter-Llobregat, que abastece a Barcelona y su área metropolitana y  tambien  afeta  la medida a Girona y su entorno. Eso significa que más de 6.000.000 de personas se verán afectadas, con restricciones importantes. Es la mayor sequía que ha vivido Catalunya desde que se tienen datos. Si no llueve con intensidad en las próximas semanas la situación se irá agravando aún más. ¿Cuáles son las propuestas que tiene el gobierno de Catalunya? ¿No es prioritario en estos momentos encontrar soluciones que garanticen el suministro del agua a las personas, la agricultura y la industria? Es evidente que sí. Pero el presidente Aragonés que en plena crisis del agua se va a Bruselas para participar en una conferencia organizada por el Parlamento Europeo, junto con el lehendakari Urkullu, para hablar del derecho de la autodeterminación de “naciones sin Estado”. parece que no. La pregunta es ¿no es más urgente quedarse en Catalunya y hablar de las medidas que ha tomado el gobierno para afrontar la sequía?

Hay ejemplos  para afrontar el presente y el futuro  del suministro de agua. En el municipio de Gavá, provincia de Barcelona, se inició una apuesta de colaboración público-privada denominado “Gavá Circular”, en el que se han implicado el ayuntamiento del municipio, Aguas de Barcelona y el Centro Tecnológico del Agua, con el objetivo de aplicar los principios de la economía circular. La iniciativa promueve impulsar el agua regenerada para usos no potables en el municipio. La apuesta que se inició en el 2017 ha sido premiada en varias ocasiones. Hay más ejemplos que pueden ser aplicados en otros municipios. ¿por qué no se hace? El govern sabrá si quedarse de brazos cruzados, mirando al cielo para ver si llueve. No es la solución, ni mucho menos  gobernar. 

El cambio climático se sabe que es una realidad, anticiparse, es saber gestionar. Cuando se está ya en una situación como la que está viviendo Catalunya y otras zonas de España, lo que se requiere es arremangarse, dejar de quejarse, priorizar las verdaderas cosas importantes, atender a los que conocen el tema, contar con ellos. De una colaboración público privada vendrá la solución a la grave crisis que se está viviendo, que no es nueva, ni será única. Lo que toca ahora es trabajar coordinados. Que los sectores afectados perciban que las administraciones están haciendo algo, que generen tranquilidad. “Es increíble lo que puede lograr si no te importa quién se lleva el crédito” – decía el presidente Harry Truman.