El 28 de octubre del pasado año, Pedro Flores, el hombre que junto a Luís Siret fue el descubridor de cientos de yacimientos de la cultura del Argar habría cumplido 180 años. Una cifra que nos hace recordar que el pueblo donde nació, Antas, aún no le ha dado el reconocimiento que se merece, pese al legado que ha dejado ampliamente reconocido en la arqueología a nivel mundial. Es más, en Bruselas sí que es considerado como una figura clave en el hallazgo de la cultura argárica mientras que en Antas el gobierno municipal está dándole largas a un reconocimiento más que merecido para un hombre humilde.

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Se suele decir que nadie es profeta en su tierra. Los hechos lo demuestran cada día, y eso no tiene visos de arreglarse. Esto está ocurriendo con la figura de Pedro Flores- mi bisabuelo- uno de los vecinos ilustres de Antas, al que no se le ha hecho justicia. Él fue el artífice del descubrimiento, entre otros, del yacimiento de El Argar en Antas, Almería, trabajó con Luís Siret, como “capataz” de todos sus otros descubrimientos en Almería, Murcia, Granada, Córdoba y el sur de Alicante. En total, se habla de más de 500 excavaciones a lo largo de su trabajo en vida con Siret del que se convirtió en su persona de confianza y en un gran experto gracias a su inteligencia e intuición naturales que le llevaron a elegir los lugares donde podían encontrar vestigios de la cultura argánica. Para ello Pedro Flores contó con la ayuda de sus cuatro hijos que le acompañaban en sus trabajos, así como la “colaboración de su burra Platera que se había convertido en otra colaboradora muy especial en todos estos descubrimientos.

Desde hace ya más de 20 años los descendientes de Pedro Flores estamos luchando por el reconocimiento de su figura, trabajo y legado. Se van a cumplir 20 años desde que solicitamos por escrito que se le pusiera el nombre de Pedro Flores a una calle de Antas. El pleno municipal que presidía por aquel entonces Ana Joaquina García del PSOE llevó la propuesta al pleno. La misma fue aprobada por unanimidad y así quedó recogido y debe figurar en el acta del pleno correspondiente.

Fue pasando el tiempo, salió de la alcaldía Ana Joaquina y el asunto quedó pendiente. Con el cambio de gobierno después de unas cuantas elecciones, llegó al consistorio Isabel Belmonte, del PP y la familia seguimos insistiendo en que se cumpliera el acuerdo del pleno. Tanta fue nuestra insistencia que al final se nos dijo que iban a construir un museo y que le podrían su nombre. La alcaldesa creía que era mejor ponerle el nombre de Pedro Flores al museo. Nos pareció bien la propuesta. Confiamos que eso sería así, es más cuando el edificio estaba construido, pero sin estar dotado de mobiliario en sus instalaciones se realizaban actos, ya se habla del museo Pedro Flores. De eso hay pruebas, publicadas en los medios de comunicación de la provincia. Y Mientras la familia esperaba que los políticos cumplieran con la promesa que fue verbal y no por escrito, porque confiábamos en la palabra dada, de nuevo se produjeron elecciones, cambio de partido en el gobierno municipal y a empezar de nuevo. Ya se sabe que cuando los que entran en el gobierno municipal y no son del mismo partido parece que las cosas buenas que se han hecho, los nuevos inquilinos municipales no respetan lo acordado con anterioridad.

Así que de nuevo volvimos a la carga para reclamar la promesa de que le pusieran el nombre de Pedro Flores al museo que se debería llamar MUSEO DEL ARGAR PEDRO FLORES, pero el nuevo equipo de gobierno que lideran los “Pedros“ tienen otras ideas, como la de ponerle el nombre de Pedro Flores a un callejón que no tiene ni 20 metros. El alcalde y el concejal de cultura están empeñados en que el museo no lleve el nombre de Pedro Flores, mi bisabuelo. Les cae mejor la figura de Siret porque alguien les ha asesorado que sea así. Dan más reconocimiento al belga que al antuso, el verdadero excavador de entre otros yacimientos del Argar de Antas. Debería representar un orgullo de la gente del pueblo y del propio consistorio ponerle su nombre al museo, no a un callejo porque a los Pedros les parezcan mejor. Cosa curiosa por no denominarla de otra manera, resulta que Pedro “el intelectual” lleva al pleno la aprobación de la calle Pedro Flores, cuando hace 20 años fue ya aprobada por todos los grupos políticos que estaban representados en aquellos años.

Es curioso como a Siret se le llama arqueólogo, sin serlo, era ingeniero de minas y a Pedro Flores, sin estudios, se le denomina “capataz” algo que a algunos arqueólogos consideran que no se ajusta a la verdad y les parece injusto. El ejemplo de aplicación de “categorías” o “clases sociales” se podría aplicar al alcalde de Antas y su compañero de “fechorías que para ser alcalde o concejal de cultura, tuvieran que pasar por la universidad -sería muy necesario-y al que no tenga títulos universitarios se le podría llamar capataces municipales, ¿les gustaría el título a los “intelectuales de los Pedros”? El agravio del alcalde y el concejal de “incultura” que se ven en la misma situación es incomprensible, y por lo tanto consideramos como familiares de Pedro Flores que es inadmisible la decisión del alcalde y su concejal de incultura.

Se ha constituido el Consejo Argánico, con algunos miembros donde no hay discusión alguna sobre su valía, pero sobre otros, tengo serias dudas de su capacidad, conocimientos y objetividad, pero eso no importa. El Consejo se ha hecho a imagen de unos caciques que controlan “la intelectualidad” local. A ninguno de ellos se les ha ocurrido que el museo debe llevar el nombre de la persona que descubrió entre otros el yacimiento de Antas, sería algo lógico, pero basta con que otro partido haya tenido la idea, como para hacer todo lo contrario.

La palabra dada, sea quien sea su autor, debe respetarse, y no hacerlo deja mucho que desear de quien lo práctica y en absoluto es un demócrata, más bien un autoritario. Pedro Flores seguirá siendo una figura importante en los descubrimientos de la cultura del Argar, no porque lo digamos la familia, sino porque personas con gran conocimiento y preparación así lo han dicho, pese a quien le pese. La familia seguiremos peleando, mal que les moleste a algunos para que su trabajo y aportación sean valoradas. La de un antuso humilde.

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