viernes, 26 de abril de 2024 23:01
Editorial

LA PRIMERA EN LA FRENTE

Manuel Fernando González Iglesias
Manuel Fernando González Iglesias

A Coruña, 1952


Rajoy 15

Mariano Rajoy en el debate de investidura


Suena a vendetta esta primera investidura a la que se ha sometido, muy a pesar suyo, Mariano Rajoy. Nada nuevo bajo el sol de este agosto madrileño. El resultado final: dentro de 48 horas, la segunda parte de este sainete imposible. Luego elecciones gallegas y vascas y, tras ellas, se supone que los pactos contra natura y la posibilidad de que unos y otros cambien de guión y nos entreguen un gobierno débil y efímero.


Y, en tan lamentable estado, se darán los primeros pasos de una legislatura que pasará a la historia por el hastío que ha producido entre los votantes de todas las formaciones políticas que dudan sobre su asistencia ante unos terceros comicios. Y ya se sabe que la abstención también provoca mayorías absolutas. O sea, que atentos a esa posibilidad.


Respecto a las intervenciones de sus señorías los líderes, poco hay que decir. A mí me resultó divertida la respuesta de Rajoy a Pablo Iglesias, todo un derroche de ironía gallega, que, de esa, el presidente del Gobierno tiene su saco dialéctico lleno. El de Podemos se lo “puso a huevo” y Don Mariano no desaprovechó la ocasión. Otro que no aprende es Tardà, quien, enardecido por sus más fieles, le dejó fácil a los populares su argumentario de que la unidad de Epaña corre un serio peligro y que, por lo tanto, el PSOE ha de darles sus votos por la cara, porque “esta vez sí” viene el lobo feroz. En la vida parlamentaria el portavoz de Esquerra debiera saber, a esta altura de la película, que la inteligencia política es una virtud fundamental.


Sánchez hizo de Sánchez, saboreando su inútil venganza ante un Rajoy que esperaba lo que le dijo y, aún más, sabiendo de antemano que el chaparrón que le caía encima era de los de verano y que ya escampará porque, si no lo hace, la inundación consiguiente puede llevarse por delante el cortijo socialista.


Finalmente, el jefe de filas de Ciudadanos, Albert Rivera, se llevó la palma de oro de estadista del mes invocando a Adolfo Suárez y a Felipe González. Lástima que no tenga ni la mitad del carisma de ambos, porque, ahora mismo, casi todos votaríamos su actual moderación aunque solo fuera por acabar con este suplicio de provisionalidad.


Finalmente me dio pena Quim Homs. ¡Con lo que ha sido en el Parlamento de Madrid el grupo de Convergència cuando lo dirigía Duran i Lleida! Ver ahora pelearse por cuatro miserables minutos a los nietos de Pujol impresiona, y en mi caso, que soy un romántico incorregible, me produce desazón y mal de cuerpo. El tiempo es muy cruel con los que un día fueron y ahora casi no son.


Un debate más y con él la primera en la frente para el candidato Rajoy, al que dentro de 48 horas sus enemigos políticos intentarán enviarle de nuevo a la Zarzuela a ver al Rey, que después de escuchar a los de Esquerra debe de tener una muy seria preocupación por su futuro y por el de la Monarquía constitucional. ¡Ánimo, Majestad! Que esto se lo arreglan los que usted ya sabe.

COMENTAR

Sin comentarios

Escribe tu comentario




He leído y acepto la política de privacidad

No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.

Más opinión
Opinadores
Pressdigital
redaccion@pressdigital.es
Powered by Bigpress
RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS. EDITADO POR ORNA COMUNICACIÓN SL - Publicidad
Aviso-legal - Política de Cookies - Política de Privacidad - Configuración de cookies - Consejo editorial
CLABE