En la noche de ayer, el Barça demostró que el mejor fútbol se construye con hambre, determinación y una dirección clara. El Atlético de Madrid, que siempre es un rival muy complicado para los culés, se encontró con un Barça que volvió a mostrar esa versión de puro 'rock and roll', con Pedri y Raphinha como líderes de una banda que volvió a tocar sus mejores melodías ofensivas. La victoria por 3 a 1 no solo consolidó el liderato de los azulgranas, sino que mostró una cara radicalmente distinta, con más mordida, más carácter y mucho más fútbol del que habíamos visto hasta ahora.
El Barça más afilado de la temporada
Lo que ocurrió en el Spotify Camp Nou fue una transformación. El equipo de Hansi Flick salió al campo con una actitud diferente, mordiendo como no lo había hecho en partidos anteriores. Y es que, en gran parte, esta nueva cara se debe a la presencia de Raphinha, que ha devuelto el hambre al equipo.
El brasileño, con su actitud e intensidad al máximo, ha sido la clave para que el Barça sea mucho más agresivo y decidido. Su actuación fue todo un despliegue de trabajo incansable, pero también de calidad, con un gol que llegó tras una magistral asistencia de Pedri.
El joven canario, que vuelve de un mes lesionado, volvió a demostrar su talento en la creación y en el control del juego. Con su visión de campo, se encargó de dirigir los hilos del partido, dándole ritmo y sentido a cada jugada. Fue él quien, con un pase espectacular, dejó a Raphinha solo ante Oblak, quien nada pudo hacer para evitar el empate del Barça apenas siete minutos después de que el Atlético se adelantara con un gol de Baena, que dejó, de nuevo, señalado a un Cubarsí que no se acaba de encontrar.
Ya pasada la hora de partido, cuando el Barça se adelantó con el gol de Dani Olmo, también fue gracias a una gran jugada colectiva iniciada por Pedri, que combinó con Lewandowski para abrir el espacio a Olmo, que no falló ante Oblak.
La reacción del Atleti, sin frutos
El Atlético intentó reaccionar en los últimos minutos, pero las intentonas rojiblancas fueron bien defendidas por un Barça que dio un paso atrás hasta que Ferran marcó el tercer gol y cerró el partido de forma definitiva en favor de los culés. Fue una noche para el recuerdo, un triunfo que sabe a gloria y que refuerza las aspiraciones del Barça de cara al resto de la temporada.
Así pues, el Barça ha encontrado en Pedri y Raphinha la solución a sus problemas. Con ellos al mando, el equipo se ve más compacto, con una actitud renovada y con un juego que recuerda al de la pasada temporada, donde la presión alta y el control del balón eran las bases de su éxito. A partir de ahora, los rivales saben que el Barça ha vuelto.
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