BBVA Research recorta la previsión de crecimiento de Colombia hasta el 2,3% en 2025 y el 2,7% en 2026
BBVA Research ha pronosticado un crecimiento del PIB de Colombia del 2,3% en 2025 y del 2,7% en 2026, por debajo de la proyección de marzo, cuando estimó un 2,5% de crecimiento este año y un 2,9% para el próximo.
Según el último informe sobre la situación del país latinoamericano, el consumo privado mantendrá su dinamismo, con un crecimiento estimado de 3,7% en 2025 y 2,9% en 2026. Además, la previsión es que los bienes sigan liderando la expansión, mientras que los servicios se recuperarán de forma gradual.
"Este comportamiento sostendrá el dinamismo de la demanda interna, al tiempo que mantendrá elevada la demanda por bienes importados, que seguirán creciendo por encima del PIB", asegura Mauricio Hernández, economista de BBVA Research.
Respecto a la inversión, los analistas proyectan en el corto plazo una recuperación impulsada principalmente por el sector de la maquinaria y equipo, como consecuencia del alto uso de capacidad instalada en la industria.
A largo plazo, el mayor dinamismo procederá de las obras civiles y edificaciones no residenciales, que se expandirán un 2,7% en 2025 y un 2,8% en 2026, derivado a una mayor ejecución regional, proyectos de infraestructura y del reinicio gradual de construcciones empresariales.
RETOS ECONÓMICOS
El país latinoamericano se enfrenta a una serie de desafíos estructurales que podrían limitar el ritmo y la sostenibilidad de su recuperación. En el corto plazo, uno de los riesgos procede del entorno global. "La economía global transita un momento de elevada incertidumbre, en el que las tensiones comerciales y fiscales han derivado en condiciones financieras más restrictivas y en una revisión a la baja de las expectativas de crecimiento", expone la economista jefe de BBVA Research, Juana Téllez.
Colombia también deberá abordar el problema histórico de la productividad. Este indicador ha quedado estancado por la baja incorporación tecnológica, la informalidad laboral persistente y la débil articulación entre la oferta educativa y las demandas del mercado laboral. "La infraestructura y la logística mantienen rezagos importantes que afectan la competitividad externa", sostiene Hernández.
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