BBVA reajusta expectativas y revisa las sinergias con Sabadell mientras dure la condición gubernamental
El grupo financiero revisa los beneficios previstos de la OPA a Sabadell ante la exigencia del Gobierno de mantener ambas entidades separadas hasta cinco años. La fusión podría enfrentar importantes obstáculos y retrasos.
BBVA ha iniciado un análisis detallado sobre las sinergias operativas y financieras que podrían lograrse durante el periodo en que el Gobierno obliga a mantener a Banco Sabadell y BBVA como entidades independientes tras la oferta pública de adquisición (OPA). Según ha informado la entidad a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), este plazo podrá durar tres años, prorrogables hasta cinco.
El banco reconoce que “está revisando las sinergias de costes operativos y de financiación que se podrían materializar durante los primeros tres años (o eventualmente, cinco primeros años)” a la espera de que termine esta condición y se pueda proceder a una integración plena.
Impacto de la condición gubernamental en las sinergias
Cuando se anunció la OPA, BBVA calculaba sinergias de costes por 850 millones de euros, distribuidas entre ahorros en tecnología y administración (450 millones), reducción de personal (300 millones) y eficiencias financieras (100 millones). Sin embargo, el retraso en la fusión provocado por la exigencia ministerial puede poner en riesgo el cumplimiento de estos objetivos.
“El retraso en la integración derivado de la condición del Consejo de Ministros podría dificultar la obtención de gran parte de los beneficios esperados”, admiten desde BBVA, que, no obstante, mantiene la intención de fusionar Sabadell en cuanto expire el plazo impuesto.
Riesgos y complicaciones en la integración
Además de las limitaciones temporales, BBVA alerta sobre la complejidad de integrar sistemas informáticos, personal y operaciones, así como mantener la fidelidad de clientes y gestionar posibles litigios derivados de la OPA.
“La imposibilidad de liquidar la oferta podría afectar negativamente a la reputación de BBVA y generar reacciones adversas en inversores y clientes”, advierte la entidad, subrayando el impacto que tendría no solo en su imagen, sino también en sus relaciones internas y externas.
Postura optimista pese a las dificultades
El presidente de BBVA, Carlos Torres, ha defendido que incluso sin la fusión completa se podrían conseguir la mayoría de las sinergias, especialmente aquellas vinculadas a tecnología y gastos administrativos. En marzo, durante la junta de accionistas, afirmó: “La operación sigue siendo atractiva en el escenario de no fusión. La mayor parte de la sinergia se conseguirían, ya que la mayoría provienen de tecnología, sistemas y otros gastos administrativos generales”.
Perspectivas a futuro
BBVA insiste en que la decisión final de fusionar dependerá del ministro o ministra de Economía en el momento en que expire la condición. La falta de autorización podría complicar aún más el proceso, elevando costes y tiempos más allá de lo previsto inicialmente.
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