Gestamp Linares aplica un ERTE hasta 2027 para adaptarse a la caída de pedidos y a la transición eléctrica

El acuerdo firmado con el comité de empresa marca un antes y un después en la gestión de la producción y del empleo, y plantea un escenario de transformación que afectará a toda la plantilla hasta finales de 2027.

Adaptación a la nueva industria automotriz

Gestamp Linares, ubicada en Jaén, dedica su actividad a la fabricación de componentes para automóviles. Según el acta de acuerdo recogida por Europa Press, la empresa justifica el ERTE por la decisión de la Unión Europea de que todos los turismos y furgonetas nuevos que se comercialicen a partir de 2025 sean cero emisiones.

“La paralización de nuevos modelos térmicos y la llegada de vehículos eléctricos supone un cambio radical en el sistema de fabricación y una reducción del empleo en el sector”, asegura el documento. Esta transformación no solo altera la producción, sino también el perfil de competencias que los trabajadores necesitan para adaptarse a la nueva tecnología.

Impacto de la competencia internacional

El acuerdo también resalta que la aparición de nuevos fabricantes, especialmente de nacionalidad china, ha reducido la cuota de mercado de los fabricantes europeos, que son los principales clientes de Gestamp. La combinación de la caída de pedidos y la transformación tecnológica ha llevado a la compañía a tomar medidas de ajuste temporal mediante el ERTE.

“Se están reduciendo sensiblemente los pedidos de los clientes a los que la empresa provee de componentes de automoción, y las herramientas de flexibilidad anteriores ya no son suficientes”, se indica en el acta.

Detalles del ERTE y medidas complementarias

El ERTE afecta a los 151 empleados de la planta y contempla bajas incentivadas y prejubilaciones. El periodo de suspensión de contratos se establece desde el 3 de noviembre de 2025 hasta el 31 de diciembre de 2027, aunque podrá finalizar antes si las condiciones cambian. Cada trabajador podrá ser afectado hasta un máximo de 130 días naturales de suspensión.

Este ajuste busca ser temporal y adaptativo, ofreciendo a la empresa margen para reorganizar la producción ante la caída de pedidos y la adaptación a los nuevos vehículos eléctricos, que requieren componentes y procesos distintos a los de los modelos de combustión tradicionales.

Repercusiones para el empleo y la economía local

El ERTE tiene un impacto directo en la economía de Linares, una ciudad cuya actividad industrial depende en gran medida del sector de la automoción. Los sindicatos han recibido con cautela el acuerdo, reconociendo que protege los puestos de trabajo frente a un cierre total, pero advirtiendo que los ajustes prolongados podrían afectar la estabilidad de las familias.

“Este ERTE refleja la realidad de una industria que está en plena transformación. La prioridad es garantizar la viabilidad de la empresa y la continuidad del empleo”, explican fuentes sindicales locales.

Un sector en transición

La situación de Gestamp Linares es un reflejo de los desafíos que enfrenta toda la industria europea de automoción. La transición hacia los vehículos eléctricos, la presión de los competidores internacionales y la adaptación a nuevas normativas medioambientales generan un entorno de cambio constante.

Expertos en economía industrial señalan que los ERTEs, como el de Linares, son mecanismos de flexibilidad necesarios para ajustar temporalmente la producción sin destruir empleo, aunque también advierten que requieren políticas de formación y reciclaje profesional para preparar a los trabajadores para los nuevos modelos de automóviles.

“El sector debe combinar innovación tecnológica con políticas de empleo responsables. Ajustar la producción es inevitable, pero la clave es no perder capital humano en el proceso”, señala un analista del sector automotriz.

Perspectivas futuras

Gestamp ha asegurado que el ERTE es una medida temporal y que cualquier cambio en las condiciones del mercado permitirá finalizarlo antes de la fecha prevista. La compañía también contempla programas de capacitación para que los trabajadores adquieran habilidades necesarias en la fabricación de componentes para vehículos eléctricos.

El caso de Linares se inscribe dentro de un escenario más amplio: toda la industria automotriz europea enfrenta un periodo de transición sin precedentes, donde la sostenibilidad y la digitalización redefinen los procesos productivos y la estructura del empleo.