El salario mínimo arrancará 2026 en 1.184 euros al mes a la espera de una nueva subida
Trabajo presentará su propuesta a los agentes sociales tras las Navidades y todo apunta a que el SMI seguirá sin tributar
El salario mínimo interprofesional (SMI) arrancará el año 2026 en la misma cuantía con la que acabará 2025, esto es, 1.184 euros al mes por catorce pagas, a la espera de que el Ministerio de Trabajo acuerde con los agentes sociales un nuevo incremento después de Navidades.
Una vez que éste se apruebe, se aplicará con efectos retroactivos desde el 1 de enero de 2026, como se ha hecho ya en otras ocasiones.
Para la determinación de la cuantía del SMI de 2026, Trabajo tendrá de nuevo en cuenta las recomendaciones del comité de expertos, que han sugerido un aumento del 3,1% si el salario mínimo sigue sin tributar en el IRPF o del 4,7% si pasa a tributar.
Estos porcentajes recomendados por los expertos supondrían incrementar el SMI para 2026 en 37 euros al mes, hasta los 1.221 euros mensuales por catorce pagas, si se decide que siga exento de tributación, o elevarlo en 56 euros mensuales, hasta los 1.240 euros al mes, si se opta por su tributación en el IRPF.
La comisión de expertos, de la que forman parte miembros del Ejecutivo, de los sindicatos y profesionales académicos, se constituyó en enero de 2021 para determinar a qué ritmo debía subir el SMI para representar el 60% del salario medio, tal y como establece la Carta Social Europea. Para la subida de 2026, se le encargó a este comité dos cifras, una con tributación en el IRPF y otra sin él.
Dado que el Ministerio de Hacienda se ha mostrado abierto a analizar la actualización de la deducción vigente en el IRPF para adaptarla a la subida que experimentará el salario mínimo interprofesional y que Trabajo es partidario de que quede exento de tributación, lo más probable es que el punto de partida para la negociación con los agentes sociales sea el 3,1%, es decir, el porcentaje que han recomendado los expertos para el caso de que el SMI no tribute.
Esta posición choca con la de los sindicatos, que quieren que el SMI empiece a tributar. Por eso, han propuesto una subida inicial del SMI del 7,5% para 2026, hasta los 1.273 euros al mes que, en términos netos, una vez hecho el pago fiscal, se traduciría en un alza del 2,7%, hasta los 1.216 euros netos al mes. No obstante, se han mostrado dispuestos a rehacer su propuesta tras conocerse el informe de los expertos.
Por su parte, los empresarios, que también quieren que el SMI tribute, han planteado un alza de hasta el 1,5% para 2026, hasta los 1.202 euros brutos al mes, condicionando esta subida al cumplimiento de las reglas de absorción y compensación del Estatuto de los Trabajadores.
Así, con el informe de expertos en la mano, Trabajo se reunió a mediados de de diciembre con CCOO, UGT y CEOE y Cepyme para conocer qué margen había para el acuerdo, teniendo además en cuenta que también se está discutiendo en paralelo la reforma de las reglas de compensación y absorción en el marco de la transposición al ordenamiento jurídico español de la directiva europea de salarios mínimos.
La intención de Trabajo, en línea con lo manifestado por los sindicatos, es aprobar las dos cosas por separado (subida del SMI, por un lado, y reforma de las reglas de absorción, por otro), pero como parte de un acuerdo global, lo que hace más complicada la negociación y el acuerdo a tres bandas.
LA REFORMA DE LAS REGLAS DE ABSORCIÓN, PRINCIPAL CABALLO DE BATALLA
De hecho, el principal caballo de batalla en esta negociación no es tanto en qué cuantía subirá el SMI para 2026, sino la reforma de las reglas de absorción y compensación que quieren llevar adelante Trabajo y los sindicatos, con la oposición de la CEOE.
Es más, el presidente de la patronal, Antonio Garamendi, ha avisado de que CEOE irá a los tribunales si Trabajo establece límites a la absorción de la subida del SMI en los pluses que pagan las empresas a sus trabajadores.
"Eso no se puede hacer porque el Estatuto de los Trabajadores marca que eso no es así", ha señalado Garamendi. Lo que quieren evitar Trabajo y los sindicatos es que si una persona cobra un determinado plus salarial (como, por ejemplo, antigüedad o nocturnidad), éste absorba la subida del SMI.
Para el presidente de la patronal, el blindaje a la absorción del SMI por parte de los pluses es una "locura", porque supondría que en algunos casos el salario mínimo pudiera subir hasta "un 20% y un 25%", y considera que el Ministerio de Trabajo está jugando con "cosas que no son legales".
"Es que, además, rompería muchos convenios porque directamente una empresa podría tener hasta distintos salarios, porque puede haber complementos distintos en una plantilla", ha defendido Garamendi en las últimas semanas.
LAS ÚLTIMAS SUBIDAS DEL SMI, PACTADAS SÓLO CON LOS SINDICATOS
Así las cosas, de momento, el acuerdo global se presenta complicado. Trabajo llevará a la mesa de negociación su propuesta de subida para 2026 a la vuelta de las Navidades. Desde UGT, su secretario general, Pepe Álvarez, ha afirmado que espera que esta materia esté cerrada antes del próximo 15 de enero y que la subida del SMI a aplicar sea la del 4,7%, es decir, con tributación en el IRPF.
En los últimos años, Trabajo no ha logrado un acuerdo conjunto, que incluyera a la CEOE, para subir el SMI y ha pactado sólo con los sindicatos.
El Gobierno aprobó el pasado mes de febrero, con efectos retroactivos desde el 1 de enero de 2025, subir el SMI en un 4,4%, hasta los 1.184 euros mensuales por catorce pagas, 50 euros más que la cuantía fijada para 2024.
Este incremento fue fruto del acuerdo alcanzado entre Trabajo y CCOO y UGT y al que no se sumaron los empresarios. Así, la subida de 2025 se pactó en solitario con los sindicatos por quinto año consecutivo.
La última vez que CEOE y Cepyme respaldaron el aumento del SMI fue en 2020, cuando el SMI pasó de 900 a 950 euros mensuales.
Trabajo no está obligado a negociar el incremento del SMI, sólo a realizar consultas, pero suele tratar de llegar a un acuerdo con sindicatos y empresarios.

Escribe tu comentario