jueves, 25 de abril de 2024 06:41
Opinión

“Estoy harta de ser de hombres”

Carmen P. Flores
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Directora de Pressdigital

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Pablo Iglesias con Yolanda Díaz @ep

 

Tan solo unos días después de las fiestas de Semana Santa,  y a un mes y medio de las elecciones municipales y autonómicas en algunas comunidades, la situación política sigue su ruta electoral: subiendo el tono de los líderes políticos en proporción directa a la proximidad de los comicios. El tono va subiendo, los reproches idem de idem. La división en Unidas Podemos y el Gobierno ha pasado de bipartito a tripartito por obra y gracia de las discrepancias entre “socios” de la izquierda del PSOE: Unidas Podemos y el “partido” Sumar de Yolanda Díaz.

 

Los que algunos habían catalogado en un principio como la pelea de mujeres: Montero, Belarra y Díaz por liderar -¿ Podemos o Sumar?- y ser cabeza de cartel en las próximas elecciones generales, resulta que es más profundo. Pablo Iglesias dejó ”la política por una mujer: quiso frenar a Díaz Ayuso en su carrera por la presidencia de la comunidad de Madrid, objetivo que no consiguió, lo que representó un verdadero fracaso. Ante esta situación, no tuvo más remedio que dar un paso - ¿hacia dónde?- y decir que se iba de la política.  Un gesto que en un principio - después de todo lo que había hecho- le honraba. La verdad es que yo nunca me lo creí conociendo el percal. Pero se “fue” nombrando a Belarra, Montero y Verstrynge tres mujeres - camuflado de congreso y elección de la ejecutiva-: Iglesias quería representar la novedad de que las mujeres mandaban en el partido. Todo fue un montaje, - él seguía manejando los hilos y lo grave es que ellas se dejaban-. Primero de forma más discreta, después ya no se cortaba un pelo.

 

El control del partido por parte de Pablo Iglesias fue tal que hasta eligió a Yolanda Díaz como la mujer que iba a ser la cabeza de lista en las generales. Vamos, su sustituta.  La designación la hizo directamente como le gusta a él, sin tener en cuenta a las bases que en teoría - la práctica ha demostrado otra cosa- debían elegir al candidato/a. Como su “designada” ha demostrado tener criterio propio y pasa de pedirle consejos al macho alfa, las cosas empezaron a torcerse. Ahí empezaron los problemas, agravados además por los “celos” de Belarra y Montero ante el protagonismo de Díaz en el Gobierno y en los medios de comunicación.

 

Pablo Iglesias ha presionado bien a través del dúo Belarra/Montero para ponerle trabas a la “candidata” que ya había formalizado su plataforma - ¿o partido?- Sumar.  Ya la careta ha caído, las formas han desaparecido y la guerra es evidente, no hay vuelta atrás hasta conocer los resultados de las elecciones del 28 de mayo. Quizás ahí pueda producirse el “milagro “. Hasta entonces, los enfrentamientos van a seguir. Iglesias está utilizando los medios de comunicación a los que acude como tertuliano en una actitud de predicador. La gallega no se ha dejado amedrentar, buena es ella. Es más, en una entrevista ha declarado: “Estoy harta de ser de hombres, tengo vida propia” y  por si había dudas  apuntilló que “estaba harta de que los hombres de izquierdas se creyeran que no eran machistas”. Una clarísima alusión a Pablo Iglesias. Muy feminista el muchacho tal y como se está comprobando. 

 

Lo de Pablo Iglesias y las mujeres es un tema a estudiar. Le gusta presumir de que en su partido mandan las mujeres - mentira-, alardea de feminista, un feminismo muy especial: porque las mujeres que mandan, el trio Belarra, Montero y Verstrynge están teledirijas por él. No son las mujeres más preparadas para ser ministras. Elegió como su sucesora a encabezar la lista a Díaz y de nuevo fracasó. La gallega tiene criterio, experiencia y sabe cómo dar el salto y cambiar de bando, no se deja tutelar por casi nadie. Es que en estos años de democracia, los roles deberían haberse puesto al día y los hombres que se dedican a la política han de pensar que ellos no dan la oportunidad a las mujeres, son iguales, con los mismos derechos.

 

Iglesias debería acudir a un profesional para que le oriente un poco en su fracaso- no en lo personal, que tiene éxito- con las mujeres a las que quiere seguir manejando. Una vez dijo Madonna que : “Me niego a actuar de la manera que los hombres quieren que actúe" Pues ya lo sabes Pablo Iglesias, las tutelas se han terminado hace ya unos cuantos años.


 

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