Feijóo se cierra más en su núcleo gallego y da más “galones” a Tellado

Pese a la existencia de sectores del PP que, en privado, han venido mostrando su rechazo por Miguel Tellado, el “bulldog” de Alberto Núñez Feijóo, que esperaban que lo relegaran a un segundo plano, el deseo no se va a cumplir. El líder popular, como se venía intuyendo en los últimos días, ya ha confirmado que será el próximo secretario general del partido (que, de hecho, sin título ya lo era), y habrá que refrendarlo en el congreso del sábado que se celebrará en Madrid. ¡Tellado, número dos del PP!

La decisión de Feijóo de darle más poder a una de sus personas de confianza (clan gallego que manda mucho) ha puesto de manifiesto una verdad que muchos tenían dudas de que fuera así: la centralidad que había predicado el nuevo líder del PP cuando llegó a la calle Génova y que más de una vez hacía gala de ello, más si cabe cuando Ciudadanos había desaparecido del panorama político y hacía falta un partido “de centro”. La realidad ha ido descubriendo que con Cuca Gamarra de portavoz, Tellado, con sus actuaciones en el Congreso que en más de una ocasión han indignado a diputados de la otra bancada con sus intervenciones incendiarias e insultos, certifica que las palabras de Feijóo se las llevó el viento, generando un malestar en algunos sectores más moderados de su partido, sin que el expresidente de la Xunta hiciera nada para frenarlo. ¿A Tellado lo utiliza para eso? “Asegúrate de que colocas tus pies en el lugar correcto y luego, mantente firme”, decía Abraham Lincoln.

La preocupación que tiene el núcleo duro del líder popular sobre el crecimiento de VOX, por su postura radicalista y extrema derecha, le ha venido marcando la hoja de ruta a los populares, un partido con distintas sensibilidades, algunas de ellas contrapuestas. Querer estar en el centro y a la vez ocupar el espacio de VOX no es posible. Los tumbos ideológicos que está llevando el PP de Feijóo no son bien entendidos en sectores económicos y sociales del país, ni en su propio partido. Hacer la oposición por la oposición no es entendida en un partido que quiere gobernar.

Feijóo está jugando su última oportunidad, nombrando a personas de su absoluta confianza, clan gallego, sin tener en cuenta el equilibrio territorial, como siempre, hasta ahora, se había hecho. El líder popular se lo juega todo a una carta: si gana (porque pierden los socialistas), todos contentos; si le sale mal la jugada, tendrá que hacer las maletas y volver a Galicia, donde tan cómodamente ha gobernado.

Tellado no es un buen interlocutor con los partidos, a los que ha insultado y de qué manera. Nombrarlo ahora para que hable con PNV, Junts, ERC, según el ferrolano, para “escucharlos” (vamos, para que apoyen la moción de censura) es un error de primero de política. ¿Quién va a querer pactar con él tras insultarlos tantas veces? Es que Tellado tiene “tela”. Nacido en el Ferrol, cuenta con una trayectoria contradictoria políticamente, porque pasar del BNG, partido nacionalista/independentista, a las filas del PP solo se come con una empanada de zamburiñas. Se lo hizo venir para en poco tiempo hacerse imprescindible al presidente de la Xunta. Aún resuenan en el Parlamento gallego sus intervenciones, parecidas a las que realiza en el hemiciclo del Congreso. Todos los partidos de oposición no guardan un buen recuerdo.

Muchos se preguntan por qué Pedro Puy Fraga, diputado en Galicia con intervenciones excelentes, que Feijóo se llevó a Madrid, no está ocupando un lugar más destacado en el grupo parlamentario o en el propio partido. Puy Fraga es un gran parlamentario, correcto, formado, y le ocurre todo lo contrario que a Tellado: los partidos de la oposición hablan muy bien de él: buen orador, educado, con conocimiento de lo que habla, y cuando dejó su escaño en Galicia, todos los parlamentarios de la oposición hablaron bien de él, recibiendo un largo aplauso. Puy es el ejemplo de un político correcto, y no insulta a nadie. Es el representante nato de un partido centrista.

Con Tellado y la nueva portavoz, Ester Muñoz, dos personas duras y broncas, las sesiones del Congreso estarán muy animadas. ¿Eso es lo que quiere Feijóo? Pues se ha vuelto a equivocar. Decía Cicerón que “Errar es cosa de cualquier hombre, pero perseverar en el error es solo privativo de los necios”