miércoles, 12 de noviembre de 2025 22:01
Opinión

Alvise y Quiles: un dúo de provocadores de la ultraderecha

Carmen P. Flores
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Directora de Pressdigital

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Que la gente joven ha estado siempre dispuesta a salir a la calle para protestar por situaciones, actuaciones o decisiones que consideran que no deben darse es una realidad. Siempre han estado ahí, aunque en algunas etapas daban la sensación de estar un poco “paralizados”. Desde hace ya algún tiempo, la comunidad estudiantil de nuevo ha vuelto a las calles. Es una buena señal que los jóvenes se preocupen por lo que sucede en el país y protesten, reivindiquen. Es un signo de buena salud democrática: los jóvenes se implican en la vida política de este país.

La situación, en estos momentos, es de preocupación cuando seudoperiodistas se convierten en activistas que lo único que buscan es la provocación. Este es el caso de Vito Quiles, la vergüenza de una buena parte de la profesión. Su andadura la inició en el Congreso de los Diputados, “asaltando” a diputados con preguntas que eran más acusaciones que verdaderas preguntas. En las ruedas de prensa marcaba estilo de lo que no debe ser un periodista, hasta que los colegas que cubren la información parlamentaria se plantaron. Es igual, él seguía en las redes sociales azuzando el ambiente. Como ahí no había dónde rascar más, se sumó a manifestaciones, haciéndose ver, cogiendo el megáfono y soltando sus arengas, preludio de formar parte de una lista electoral en las próximas elecciones, que se está trabajando de lo lindo en las redes sociales.

El ultraderechista Quiles tiene claro que otro punto que puede reportarle notoriedad y adeptos son las universidades. Ese está siendo su objetivo actual. Anuncia su presencia en redes sociales, no solicita permiso para sus actos y ya tiene marcado el resultado de su mitin. Reúne a sus incondicionales y enfrente se encuentra con otros estudiantes que no están de acuerdo con sus actos, su ideario de facha redomado, y salen a defender la democracia de la que se vale este provocador, que ha conseguido lo que pretendía: que los medios de comunicación hablen de él y muestren esas imágenes… Una operación de marketing gratuito. ¿Pero quién está detrás de este individuo? ¿Quién le paga? Todo lo que hace este individuo, que se presenta en la universidad con seguridad para que lo protejan, ¿de dónde sale? Quiles no vive del aire, sino del dinero que percibe. ¿De quién?

Lo preocupante de esta situación con personajillos como él, que cantan el Cara al Sol, que llevan banderas preconstitucionales, que reivindican la figura del dictador Franco, que de pacíficos no tienen nada, que usan la violencia y que generan odio, no pinta bien. Es una nueva etapa en la que se reivindican tiempos pasados del franquismo, que para nada fueron mejores. La historia que conocen y predican (no se han preocupado de informarse bien) nada tiene que ver con la realidad: está manipulada. Es curioso que reivindiquen la dictadura aprovechándose de las libertades de la democracia. No respetan los resultados de las urnas y su meta es cargarse a todos los que no piensan como ellos.

Otro de los casos de manipulación es el del ahora eurodiputado Luis Pérez, conocido como Alvise, un populista fundador de un chiringuito llamado Se Acabó la Fiesta (por cierto, Quiles estuvo en su fundación, pero dos gallos no pueden estar en el mismo corral). Con esa verborrea que le caracteriza consiguió los votos suficientes para llegar al Parlamento Europeo, donde enseguida se hizo notar. Ahora la institución europea ha puesto en marcha el segundo procedimiento para levantarle la inmunidad parlamentaria. Este proceso se está llevando a cabo por petición del Tribunal Supremo español para investigarlo por supuesta financiación irregular de su partido.

Este nuevo líder, cuya campaña —como anunciaba el nombre de su partido— decía que a los políticos actuales, a los que tachaba de corruptos, se les iba a acabar la fiesta. Estos dos ejemplos de personajillos no son los únicos; hay unos cuantos más que las redes sociales encumbran. Es un peligro que estén liderando proyectos que en nada benefician a la sociedad y que consiguen enganchar a gente muy joven. Algo se tendrá que hacer para que no vayan a más: el racismo y la xenofobia son las banderas de este elemento, que no solo no acaban con la fiesta, sino que se apoderan de ella. Hay cientos de frases de este eurodiputado cantamañanas; una de ellas es: “Cada vez hay más inmigrantes ilegales que no sabemos si son violadores”. Una frase que define muy bien al personaje.

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