lunes, 9 de junio de 2025 17:13

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Exteriores homenajea con una placa a embajadores leales a la República y que el Franquismo quiso "desterrar" al olvido

El acto, sin presencia de prensa, se enmarca en el programa 'España en Libertad. 50 años'
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Placa en homenaje a los diplomáticos que permanecieron leales a la democradia frente a la dictadura franquista instalada en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores en la Plaza del Marqués de Salamanca

El acto, sin presencia de prensa, se enmarca en el programa 'España en Libertad. 50 años'

Una placa con los nombres de algo más de 40 diplomáticos que permanecieron leales a la República tras la llegada del Franquismo recibirá a partir de este lunes a quienes entren a la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación en la madrileña Plaza de Marqués de Salamanca.

Con este homenaje, con nombre y apellido de los 45 diplomáticos a los que podrían irse sumando otros de conocerse nuevos casos, el departamento que encabeza José Manuel Albares ha venido a sumarse al programa del año 'España en libertad. 50 años' con el que el Gobierno está conmemorando el aniversario de la muerte de Franco y la llegada de la democracia.

Sus nombres han sido recopilados por el historiador Ángel Viñas, que en 2010 publicó el libro 'Al servicio de la República. Diplomáticos y Guerra Civil' a iniciativa del entonces ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y que ha seguido investigando en busca de otros miembros del Servicio Exterior que se mantuvieron fieles a la República tras la llegada del Franquismo.

"Fueron muy pocos pero existieron y fueron los mejores", ha defendido rotundo Albares en su intervención, en un acto al que solo han estado invitados familiares de los homenajeados y diplomáticos y que la prensa únicamente ha podido seguir por streaming.

"Lo que hoy somos en la Carrera Diplomática, lo que hoy somos en el Servicio Exterior, también se lo debemos a ellos", ha añadido el ministro, quien es diplomático de carrera.

Albares ha leído uno por uno los hombres y apellidos de los homenajeados, defendiendo que el que sus nombres estén desde ahora cincelados en una placa en la sede principal del Ministerio es una manera de hacerles "justicia" a ellos y a la memoria democrática.

"Llenamos un vacío injustificable, una ausencia con los nombres de diplomáticos íntegros, justos, demócratas, que la represión de la dictadura quiso desterrar de nuestra memoria y, peor aún, borrar de nuestra historia para siempre", ha esgrimido.

"Quisieron desterrar sus nombres de la memoria de nuestro Servicio Exterior, pero hoy somos miles los que recogemos orgullosos su legado para nunca más olvidarlo", ha insistido el ministro, subrayando que los diplomáticos de la democracia recogieron "la antorcha que ellos dejaron y nos legaron".

"Tenemos que ser conscientes de que somos albaceas de su mejor legado, el del servicio a los españoles y las españolas, el del compromiso con nuestra democracia y el del compromiso con el multilateralismo, el de la paz por encima de todo y la diplomacia como su mejor herramienta", ha reivindicado.

En opinión del ministro, "hay un hilo irrompible que une los valores de la democracia y los valores de la buena diplomacia" y que quienes eligen esa profesión apuestan por "la paz y la concordia", por canalizar las diferencias mediante "el respeto, la argumentación, la negociación, la palabra, nunca la confrontación abierta, nunca el enfrentamiento, y jamás la guerra, que siempre vivimos como un fracaso".

Por su parte, Ainoa Careaga, nieta de Fernando Careaga, uno de los homenajeados, ha defendido que "hoy, más que nunca" es "necesario recordar, honrar y no olvidar a quienes no miraron a otra parte, a quienes no dudaron en plantar cara a la injusticia".

Aquellos que, como su abuelo que se marchó al exilio con la llegada al poder de Franco, "sin un país que los respaldara, defendieron la dignidad humana". "Hoy como ayer, la memoria de su lucha es nuestro faro en la oscuridad, recordándonos que la humanidad no puede darse el lujo de olvidar ni de creer", ha defendido Careaga, ella misma diplomática de carrera, al igual que sus tíos, Ion y Álvaro de la Riva, ambos presentes también en el acto.

Desde Exteriores han puesto el acento en que de los 275 miembros que tenía la Carrera Diplomática en 1936, apenas medio centenar permaneció leal a la legalidad constitucional vigente. Además de ellos, la placa reconoce también a quienes fueron expulsados a lo largo de toda la dictadura, como es el caso de Julio Cerón y Vicente Girbau.

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