La investigación de la UCO sacude la política navarra, sumida en una incertidumbre inédita en los últimos años

El pasado jueves 12 de junio, Ramón Alzórriz, entonces vicesecretario general del PSN y portavoz en el Parlamento de Navarra, expresó su confianza en Santos Cerdán, unas pocas horas antes de conocer los primeros detalles del informe de la UCO de la Guardia Civil. Esa misma tarde, Santos Cerdán dimitió como secretario de Organización del PSOE.

Pasada una semana, Ramón Alzórriz ha llegado a una nueva sesión del pleno del Parlamento de Navarra tras haber anunciado el miércoles su dimisión como portavoz parlamentario y vicesecretario general del PSN, después de informar a la presidenta del Gobierno de Navarra y secretaria general del PSN, María Chivite, de que su pareja había trabajado entre 2021 y 2024 en la empresa Servinabar, una de las adjudicatarias de los túneles de Belate y de la que, según la investigación de la UCO, Santos Cerdán es propietario al 45%.

Este escenario ha sacudido la política navarra, que se ve envuelta en una incertidumbre inédita en los últimos años. Ramón Alzórriz era una figura clave en el PSN, amigo de Santos Cerdán y estrecho colaborador de María Chivite, quien ayer le trasladó que había perdido su confianza en él, lo que motivó su dimisión.

La incógnita ante la posibilidad de conocer nuevos detalles sobre la investigación de la Guardia Civil alimenta la incertidumbre, en un escenario que escapa al control de los partidos políticos y del Gobierno de Navarra.

El informe de la UCO se ha hecho con la agenda política en la Comunidad foral, donde ha desplazado otros temas informativos.

UPN, PPN y Vox ya han reclamado la dimisión de María Chivite, mientras que Geroa Bai y Contigo-Zurekin, socios del PSN en el Gobierno de Navarra, se han mostrado abiertamente partidarios de crear una comisión de investigación en el Parlamento de Navarra, si bien el Legislativo decidió este lunes aplazar a septiembre el debate para crear esta comisión.

En todo caso, el Gobierno de María Chivite, que ha exhibido estabilidad durante sus dos legislaturas gracias a sus acuerdos con las formaciones a la izquierda del PSN y con Geroa Bai, además de su entendimiento con EH Bildu para aprobar los Presupuestos, atraviesa uno de sus momentos más frágiles.

A su favor, María Chivite cuenta con que no hay una alternativa que pueda sacar adelante una moción de censura. UPN, PPN y Vox suman 20 de los 50 escaños del Parlamento de Navarra, por lo que necesitarían sumar a EH Bildu o a Geroa Bai, algo actualmente impensable.

Esta situación da margen a Chivite para continuar con su gestión al frente del Gobierno de Navarra. No obstante, ha perdido a Santos Cerdán en Madrid, donde el socialista navarro ha sido firme defensor del Gobierno de María Chivite, y se queda en Navarra sin Ramón Alzórriz, uno de sus máximos baluartes hasta ahora.

CAIGA QUIEN CAIGA
"Avancé el empeño como presidenta del Gobierno y como secretaria general del PSN de vender la limpieza y la honorabilidad tanto del Gobierno como del PSN, y efectivamente ha sido así con el caso del compañero Ramón. Dije caiga quien caiga y así es como estoy cumpliendo", ha señalado este jueves Chivite para explicar la salida de Alzórriz. Además, la presidenta ha subrayado que ella no tiene "argumentos para dimitir".

Asimismo, María Chivite ha encargado a la Cámara de Comptos, a través del Parlamento de Navarra, y a la Oficina de Buenas Prácticas y Anticorrupción que revisen varias adjudicaciones con las empresas señaladas en el informe de la UCO. Además, ha pedido una auditoría externa de las cuentas del PSN durante la etapa de Santos Cerdán como secretario de Organización. Igualmente, el Gobierno de Navarra se personará como acusación ante el Tribunal Supremo para "salvaguardar los intereses de la Comunidad foral ante un presunto daño patrimonial".