Vídeo - Óscar López alerta de los discursos extremistas: "Hay que rechazar el odio de la derecha malhumorada"
El ministro alerta sobre la normalización del odio en la política española y pide a Feijóo que cese su lenguaje incendiario. Rebeca Torró vincula ataques a sedes socialistas con familiares de dirigentes del PP.
En la inauguración de la nueva sede del Partido Socialista de Madrid (PSM), Óscar López, ministro de Transformación Digital y Función Pública, lanza un mensaje contundente contra la escalada de violencia política: "Hay que rechazar el odio de la derecha malhumorada y cabreada que envenena a la sociedad. Luego nos lamentamos".
López contextualiza su advertencia en un marco internacional, señalando la influencia de los discursos extremistas: "Cuando se normaliza la crispación y se trivializa la violencia, se cruzan líneas que ninguna democracia puede permitirse volver a pisar". La referencia al asesinato del activista ultraderechista Charlie Kirk en Estados Unidos ilustra cómo la retórica violenta tiene consecuencias tangibles en cualquier sociedad democrática.
Vandalismo y cuestionamiento al PP
La secretaria de Organización del PSOE, Rebeca Torró, aborda el impacto directo de esta violencia en España, señalando que más de 200 sedes del partido han sido atacadas en los últimos dos años. La dirigente socialista advierte sobre la complicidad implícita de algunos sectores: "¿Os imagináis qué nos estarían diciendo si hubiera sido al revés? ¿Es por esto por lo que el PP no condena los ataques a nuestras sedes y no apoyan nuestra moción contra la violencia?".
Entre los casos más destacados, Torró menciona el ataque con explosivos caseros en la sede de Cantabria, donde figura como presunto responsable un hijo de la alcaldesa de Bezana, Carmen Pérez (PP). Pérez expresó su consternación: "Quizás sea el trago más duro de mi vida. Todavía me cuesta asimilar que mi hijo pueda estar implicado en un acto tan mezquino".
Feijóo y Tellado: foco de la crítica
López centra parte de su intervención en la responsabilidad del liderazgo del PP, denunciando que el lenguaje de Feijóo y de su secretario general Miguel Tellado contribuye a la violencia simbólica en la sociedad: "Llamar hijo de puta al presidente del Gobierno, convertirlo en una broma insidiosa y repetirla hasta la saciedad, alimentando la crispación, es también ser partícipe de la violencia".
El ministro solicita explícitamente al líder ‘popular’ que "deje de insultar y de alimentar la violencia" y que reprenda el discurso de Tellado, cuyo contenido califica de "lenguaje guerracivilista que revuelve las tripas". Además, vincula estas conductas con la memoria histórica y el dolor colectivo: "Cuánta infamia, cuánta desmemoria y cuánta bajeza hay que tener para hablar de cavar fosas en un país donde todavía hoy tantísimas familias desesperan con recuperar a sus familiares".
Memoria histórica y contexto democrático
Durante su intervención, López recuerda la tragedia de su propia familia: dos de sus bisabuelos fueron fusilados en 1939 y su madre falleció sin haber podido localizar los restos de su abuelo. Esto refuerza su argumento sobre la necesidad de respetar la memoria histórica y la responsabilidad social frente a la violencia: "No se puede trivializar con ese lenguaje ni con ese dolor porque cuando se normaliza el odio y se banaliza la violencia, se cruzan líneas en una sociedad democrática que no pueden permitirse volver a pisar".
Por su parte, Torró añade un componente simbólico: "En un momento en el que algunos anhelan cavar fosas como en el 36 y enterrar a un Gobierno legítimamente elegido por las urnas, no hay nada más revolucionario que inaugurar una sede socialista".
Impacto político y social
El acto subraya las tensiones crecientes entre el PSOE y el PP en el contexto de la polarización política. Mientras el PSOE denuncia un aumento de la violencia simbólica y real, el PP enfrenta críticas por su supuesta falta de condena a los ataques que involucran a familiares de sus dirigentes. Este escenario plantea un debate sobre la responsabilidad de los líderes políticos en el mantenimiento de la convivencia democrática y la necesidad de un discurso público responsable.
López y Torró cierran su intervención apelando a la ciudadanía y a los dirigentes políticos a mantener un marco de respeto y seguridad: "Cuando se banaliza la violencia, se ponen en riesgo los cimientos de la democracia, y eso es algo que no podemos permitir".
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