Se cumplen 220 años de Trafalgar: la derrota franco-española que frenó a Napoléon y cambió el rubmo del mundo
Hace 220 años, el 21 de octubre de 1805, tuvo lugar frente a las costas del cabo Trafalgar, en Cádiz) una de los combates navales más decisivas de la historia moderna: la Batalla de Trafalgar.
Enfrentó a la armada británica contra la alianza naval franco-española en el contexto de las Guerras Napoleónicas. El resultado selló la supremacía británica en los mares durante más de un siglo, un freno a la expansión napoléonica y el principio del ocaso del Imperio Español.
A comienzos del siglo XIX, Europa estaba en guerra. Napoleón Bonaparte, emperador de Francia, buscaba expandir su dominio sobre el continente. Para ello, necesitaba romper el bloqueo marítimo británico y abrir paso a una invasión de las islas británicas. El primer paso era derrotar a la poderosa Royal Navy británica, liderada por el almirante Horatio Nelson.
Para lograrlo, Napoleón ordenó una maniobra conjunta con la armada española, que se había alineado con Francia mediante el Tratado de San Ildefonso en 1796 y posteriormente con el de Aranjuez en 1800. Así, una flota combinada de 33 barcos franceses y españoles zarpó al mando del vicealmirante francés Pierre-Charles Villeneuve, con el objetivo de enfrentar a la flota británica y abrir camino al Canal de la Mancha.
Tras varios enfrentamientos con las fuerzas británicas, las flotas de Francia y España se concentraron en el puerto de Cádiz en agosto de 1805, donde pronto quedaron bloqueadas por una escuadra inglesa. A pesar del cerco, Villeneuve ordenó zarpar el 20 de octubre. Al día siguiente, 21 de octubre de 1805, tuvo lugar la célebre batalla de Trafalgar.
VICTORIA BRITÁNICA
Nelson dividió su armada en dos formaciones y lanzó un ataque frontal contra la flota combinada franco-española. Aunque los marinos españoles y franceses ofrecieron una resistencia valiente, la superioridad táctica y artillera de los británicos inclinó la balanza a su favor. La victoria, sin embargo, tuvo un alto coste para los británicos: Nelson cayó mortalmente herido durante el combate por un disparo de mosquete de un francotirador.
El mando de las fuerzas españolas estaba bajo la responsabilidad del teniente general Federico Gravina, una figura clave en la batalla. Este experimentado militar fue reconocido por su firmeza y valentía durante el combate, pero resultó gravemente herido y falleció semanas después debido a sus heridas. Su liderazgo fue crucial para mantener la cohesión de la flota en medio del caos del combate.
Entre los 15 barcos que perdió España estaba el 'Santísima Trinidad', la joya de la Armada, uno de los navíos de guerra más grandes y poderosos de su época. Conocido también como el 'Cuádruple' debido a sus cuatro cubiertas de cañones, destacaba no solo por su tamaño imponente sino también por su gran potencia de fuego. Tras la derrota, fue capturado y, poco después, se hundió, convirtiéndose en un símbolo.
ANTES Y DESPUÉS EN LA HISTORIA NAVAL
La batalla de Trafalgar marcó un antes y un después en la historia naval y en el equilibrio político de Europa. La victoria británica afianzó el dominio absoluto de su armada, frustrando definitivamente los planes de invasión de Napoleón, que pretendía atacar las islas británicas desde la región de Calais. Tras el combate, la flota combinada de Francia y España quedó tan debilitada que no volvió a representar un desafío serio durante el resto del conflicto napoleónico.
Inglaterra pasó a dominar los mares, con una hegemonía que se prolongó más de un siglo.
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