El PSOE afronta una crisis interna por el caso Salazar entre críticas de miembros próximos a Sánchez
El malestar por la gestión de las denuncias por acoso se intensifica dentro del partido, con llamadas a cerrar el expediente y ofrecer explicaciones claras. Los dirigentes y militantes exigen a la Secretaría de Organización actuar con transparencia y rapidez tras meses de controversia.
El PSOE atraviesa una de sus crisis internas más sensibles de los últimos años. La gestión de las denuncias por acoso contra el exdirigente Francisco Salazar ha desencadenado un malestar creciente, que afecta incluso a los miembros más próximos al presidente Pedro Sánchez. La presión recae directamente sobre la Secretaría de Organización, liderada por Rebeca Torró, con la urgencia de cerrar un caso que amenaza con erosionar la imagen del partido y la confianza de sus bases.
Indignación interna y mensajes contundentes
Cargos y militantes del PSOE han trasladado su descontento a través de grupos de comunicación internos, donde califican la gestión de Salazar como un intento de “tapar” comportamientos intolerables. “Los grupos están ardiendo”, afirma un parlamentario socialista, señalando que las críticas provienen incluso de los más fieles a Sánchez.
La comparación con anteriores casos de corrupción es inevitable: la indignación interna por la gestión del caso Salazar supera, según algunas fuentes, la vivida con los antiguos secretarios de Organización que fueron enviados a prisión, José Luis Ábalos y Santos Cerdán. Para muchos, la falta de acción temprana transmite una sensación de impunidad y falta de coherencia en la defensa de los valores del partido.
La gestión de Sánchez y la reacción del Gobierno
Pedro Sánchez asumió públicamente el retraso en contactar con las denunciantes y justificó la demora por la insuficiencia de personal en la Oficina contra el Acoso del PSOE. En conversación con periodistas durante el acto de conmemoración de la Constitución en el Congreso, el presidente negó mantener relación alguna con Salazar desde su apartamiento.
No obstante, la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, generó una polémica adicional al aparecer fotografiada en noviembre junto a Salazar en un restaurante, lo que las fuentes califican de “torpeza” y “tomadura de pelo”. Según estas fuentes, la imagen socava la percepción de que el partido actúa de manera firme y coherente frente a casos de acoso. Desde Moncloa insisten en que Salazar no ejerce funciones ni para el Gobierno, ni para el PSOE ni para el PSC.
La urgencia de cerrar el expediente
El partido reconoce que no ha actuado con la diligencia esperada y que no ha mostrado la cercanía necesaria con las víctimas. Varios miembros de la Ejecutiva Federal consideran que la Secretaría de Organización debe resolver el caso de manera definitiva. “No se puede dejar a medias, el proceso debe culminar con una decisión clara de la organización”, declara un dirigente consultado.
Aunque Salazar se ha dado de baja del PSOE y no se le pueden aplicar sanciones internas, la resolución del caso es crucial para restaurar la confianza de los militantes y de la opinión pública. La falta de acciones visibles durante meses ha sido percibida como una estrategia de ocultamiento, provocando indignación incluso entre quienes tradicionalmente han apoyado al presidente.
Repercusiones en la militancia y la opinión pública
Los mensajes internos filtrados muestran que varios militantes que apoyaban públicamente a Sánchez han decidido expresar su malestar. “El caso Salazar demuestra que los partidos siguen defendiendo o tapando actitudes o hechos intolerables a los que creen son 'uno de los nuestros'”, comenta una afiliada, quien subraya que la inacción afecta no solo a las víctimas, sino a la credibilidad del partido.
El daño mediático es significativo. La combinación de la fotografía de Alegría con Salazar y la tardanza en la gestión de las denuncias ha generado críticas en medios de comunicación y redes sociales, donde la percepción de doble estándar y de falta de transparencia se ha instalado entre ciudadanos y afiliados.
Necesidad de transparencia y comunicación efectiva
Dirigentes del PSOE insisten en que la Secretaría de Organización debe ofrecer un informe detallado de las actuaciones durante los últimos meses. Deben explicar las decisiones tomadas y los motivos de la demora, así como garantizar que las víctimas reciban seguimiento y apoyo. “Faltan explicaciones convincentes de lo que ha pasado y de qué ha hecho el partido durante este tiempo”, remarca un miembro de la Ejecutiva, subrayando la necesidad de claridad y responsabilidad.
Impacto político y futuro del partido
El caso Salazar ha reabierto el debate interno sobre cómo el PSOE gestiona situaciones de acoso y sobre la necesidad de protocolos eficaces. La presión de la militancia y el escrutinio mediático obligan al partido a mostrar capacidad de reacción y transparencia, no solo para proteger a las víctimas sino también para salvaguardar su credibilidad institucional.
La resolución final del expediente determinará si el PSOE logra frenar el desgaste interno y mitigar el impacto en la opinión pública. Hasta entonces, el malestar continúa creciendo y la urgencia de tomar decisiones firmes es cada vez más evidente.

Escribe tu comentario