lunes, 22 de diciembre de 2025 00:38

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Vox cumple sus expectativas en Extremadura, sube hasta los once diputados y continuará condicionando al PP

El candidato, Óscar Fernández, era un desconocido, pero Abascal ha echado el resto con actos casi diarios durante la campaña
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El candidato de Vox en las elecciones de Extremadura, Óscar Fernández, a su llegada a la sede en Mérida (Badajoz) para el seguimiento de la noche electoral.

El candidato, Óscar Fernández, era un desconocido, pero Abascal ha echado el resto con actos casi diarios durante la campaña

Vox ha conseguido este domingo en las elecciones de Extremadura once diputados, frente a los cinco logrados en los comicios autonómicos de 2023, y la presidenta, María Guardiola, seguirá necesitando el apoyo de la formación de Santiago Abascal para gobernar.

El partido liderado por Santiago Abascal irrumpió en la Asamblea de Extremadura en las elecciones de 2023 con el 8,14% de los votos y cinco diputados, aunque ya se presentó a las de 2019. Pero el 4,71% de votos que cosechó en aquellos comicios no se tradujeron en representación parlamentaria.

Las expectativas de Vox para las elecciones extremeñas de este domingo eran buenas, y la mayoría de las encuestas pronosticaban que sería el partido que más crecería y lograría entre nueve y once diputados, a pesar de que se ha presentado a los comicios con un candidato, Óscar Fernández, desconocido.

Por ello, Santiago Abascal se ha volcado en la campaña, con actos prácticamente diarios ya desde la convocatoria electoral a principios de diciembre. Pero se ha ausentado del seguimiento de la noche electoral en Mérida y ha conocido los resultados desde la sede nacional de Vox, en Bambú.

La campaña electoral ha puesto de manifiesto la complicada relación entre Vox y el PP en Extremadura, que se torció ya después de las elecciones de 2023 cuando María Guardiola dejó clara su oposición a pactar con los de Abascal por sus posturas "xenófobas" y "machistas". Al final reculó, pero la legislatura estuvo plagada de tiras y aflojas.

Finalmente, la falta de acuerdo entre ambas partes para sacar adelante los presupuestos de 2026 abocó a Extremadura a un adelanto electoral. Guardiola convocó a las urnas con la pretensión de alcanzar la mayoría absoluta, 33 diputados, y así poder desprenderse de los de Abascal.

Abascal y Guardiola han entrado al choque desde el principio de la campaña y se han cruzado reproches que incluso han saltado al plano personal. En la recta final de la campaña, la presidenta extremeña, que ya había llamado al líder de Vox "turista", afirmó que este se marcharía "corriendo" en cuanto pasaran las elecciones. Abascal respondió en el cierre de campaña que se marchaba ya esa misma noche e ironizó con que el 22, este lunes, Guardiola podría "descolgar el teléfono para que vuelva corriendo", en alusión a un pacto.

EL ACUERDO ENTRE VOX Y PP
Vox ha advertido durante la campaña de que no habría pacto con el PP sin que se cumplieran sus condiciones, en la línea de lo exigido en otras autonomías y que barones 'populares' como Carlos Mazón, Juanfran Pérez Llorca (Valencia) o Fernando López Miras (Murcia) han acatado, y no así Guardiola.

En líneas generales, los de Abascal reclaman un rechazo explícito a las políticas ecológicas, a las que, a su juicio, promueven la inmigración ilegal, a las políticas "de género" o al gasto político "superfluo". En el caso de concreto de Extremadura, Óscar Fernández ha reclamado el cierre del albergue para migrantes de Mérida, una "defensa del varón" y, como requisito imprescindible, el proyecto de regadío de Tierra de Barros (Badajoz).

La estrategia de Vox en la campaña se ha centrado en defender su "coherencia" a lo largo y ancho de España, trazando una diferenciación con el PP, al que acusan de decir una cosa en un territorio y la contraria en otro, según sus expectativas electorales.

En el caso de Extremadura, además, los de Santiago Abascal se han afanado en señalar la contradicción que supone que presidentes autonómicos 'populares' pacten con ellos lo que Guardiola no ha querido, y que por ello haya empujado a los extremeños a las urnas, con el gasto público que han supuesto las elecciones --siete millones, según han desvelado--.

Asimismo, Vox ha tratado de atraer el voto agricultor y ganadero extremeño, el voto rural, habida cuenta de que es un sector económico vital en la región, mediante críticas al Pacto Verde europeo por "complicar" mediante "burocracia" la vida de los trabajadores.

CONTRA EL BIPARTIDISMO
Por otro lado, Vox ha intentado hacerse un hueco y desprenderse de la imagen de 'muleta' del PP con arremetidas continuas contra el bipartidismo que representan el PP y el PSOE, que la formación identifica como equiparables y responsables de los problemas que aquejan a Extremadura tras 40 años de gobiernos.

Durante la campaña ha destacado el "colapso" de los servicios públicos, como la Sanidad y sus listas de espera o la educación, la "inseguridad" que Vox vincula con la inmigración, las dificultades en el acceso a la vivienda o el "desalentador futuro" para los jóvenes extremeños.

La campaña extremeña ha tenido lugar en un momento muy delicado para el Gobierno y Vox ha tratado de sacar rédito de los casos de presunta corrupción que afectarían al PSOE y al Ejecutivo de Pedro Sánchez y de los casos de presunto acoso sexual por parte de cargos y dirigentes locales socialistas.

Los de Abascal han aprovechado para meter al PP también en el saco de la corrupción, destacando la cercanía de juicios enmarcados en los casos 'Gürtel' o 'Púnica', en un contexto beneficioso para su relato de que PP y PSOE no se diferencian entre sí.

EL CASO REVUELTA
Sin embargo, Vox también ha copado titulares durante la campaña por la polémica causada por las presuntas "irregularidades" en la gestión de donaciones para los afectados por la dana captados por Revuelta, una organización juvenil de ideología afín a la formación de Abascal.

Trabajadores de Vox que formaban parte de la Ejecutiva de la asociación denunciaron estas "irregularidades" ante la Fiscalía, pero los dirigentes de Revuelta han entrado a la guerra con Vox, al que acusan de "inventarse" los presuntos delitos para tomar el control de la misma.

En la recta final de la campaña se ha conocido una denuncia contra el exjefe de Redes de Vox, Javier Esteban, por "agresión sexual" cuando la presunta víctima era menor. Esteban ha dimitido y ha solicitado su baja como militante, y ha enmarcado la denuncia en una guerra sucia de los dirigentes de Revuelta.

Vox y Abascal han atribuido la polémica de Revuelta y la denuncia contra su exempleado a una campaña orquestada por Ferraz y Génova para frenar su avance electoral en Extremadura. Si bien Abascal dejó claro que esperaba "cualquier cosa" de los socialistas, expresó su "decepción" con Alberto Núñez Feijóo y el PP por "sumarse".

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