El féretro de Francisco ya está en la Basílica de Santa María la Mayor

El ataúd del Papa Francisco abandona hoy el Vaticano poco después del mediodía, atravesando la Puerta del Perugino en un vehículo abierto para permitir que los fieles puedan despedirse de él. El cortejo avanza a más velocidad de la prevista, recorriendo lugares emblemáticos como la Galería Príncipe Amadeo de Saboya-Aosta, el Corso Vittorio Emanuele, la Piazza Venezia y la Via dei Fori Imperiali, donde multitudes emocionadas aclaman al Pontífice entre vítores y lágrimas.

Tras cruzar Roma, el féretro alcanza su destino: la Basílica de Santa María la Mayor. A su llegada, bajo el sonido solemne de las campanas, es descendido del papamóvil en medio de una ovación. En la escalinata del templo, un grupo de unos 40 pobres, presos, transexuales, personas sin hogar y migrantes —cada uno sosteniendo una rosa blanca— espera al Papa que siempre llevó a los olvidados en su corazón.

El féretro es trasladado al interior del templo, donde se inicia el rito de la sepultura. La Santa Sede subraya que, como siempre recordó Francisco, "los pobres tienen un lugar privilegiado en el corazón de Dios".

Un último adiós en Santa María la Mayor

Dentro de la basílica, el acto continúa con la proclamación de cuatro salmos y cinco intercesiones, seguido del Padrenuestro. Se imprimen sobre el ataúd los sellos oficiales del Vaticano, como marca el protocolo para la sepultura de un pontífice.

Finalmente, el féretro es depositado en el nicho de la nave lateral, entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza. El agua bendita cae sobre el ataúd mientras se entona el Regina Caeli. El acta oficial del entierro se redacta y firma, certificando así el descanso eterno del Papa Francisco en uno de los lugares más queridos por él.