La lectura del clásico español no requiere de un acto de fe. La apetencia lectora es voraz a medida que los lectores se adentran en su universo, que no es otro que la España convulsa del siglo XIX.
Bajo el título ‘Miquiño mío’ (Turner) Isabel Parreño y Juan Manuel Hernández han editado casi cien cartas personales que Emilia Pardo Bazán envió a Benito Pérez Galdós, entre 1883 y 1915.