El domingo se celebra la final de la Copa del Rey de fútbol, por primera vez en años, jugando el FCBarcelona, no se hablaba de silbar el himno ni de pitar al Rey, sólo se hablaba de temas deportivos, que es lo que corresponde; pero he aquí que el Partido Popular decide utilizar la final con fines electoralistas y se saca de la manga, vía delegación del gobierno de Madrid, prohibir las esteladas.
Afirmaba Gramsci que cuando lo viejo se resiste a morir, y lo nuevo se resiste a nacer, se producen las crisis y se observan hechos asombrosos. Si el pensador italiano viera la actualidad política española, afirmaría que lo que se ven son esperpentos.
El otrora poderoso partido socialista alemán, vanguardia europea del proletariado, vive desde hace tiempo una profunda crisis, reflejo de la que sufre toda la socialdemocracia europea; pero no es menos cierto que en las elecciones del pasado domingo sufrió un varapalo en toda regla, sólo maquillado por la victoria en el Land de Renania-Palatinado.