El otrora poderoso partido socialista alemán, vanguardia europea del proletariado, vive desde hace tiempo una profunda crisis, reflejo de la que sufre toda la socialdemocracia europea; pero no es menos cierto que en las elecciones del pasado domingo sufrió un varapalo en toda regla, sólo maquillado por la victoria en el Land de Renania-Palatinado.
Esta victoria, no obstante, no puede ocultar unos resultados desastrosos, en especial en Sajonia- Anhalt donde ha sido la última fuerza, y ya lleva tiempo sufriendo fuertes retrocesos electorales en los antiguos territorios de la Alemania Oriental.
No es casualidad que la deriva ideológica del partido desde los tiempos de Schröeder es una de las causas de su caída, así como sus pactos contra natura con la canciller Merkel y la CDU, que a la postre lo único que hacen es profundizar en políticas neoliberales y ahondar la brecha social en la sociedad alemana.
Ante esta situación, si el SPD fue el espejo en el que se miraba el PSOE en los tiempos de grandeza, debe serlo también en los tiempos de oscuridad, en particular para intentar no incurrir en los mismos errores, rectificar políticas y discursos, para no sufrir los mismos reveses electorales.
Es por ello un error el mantenimiento del pacto político con C’s, un partido del espectro neoliberal, patrocinado por el IBEX y la gran banca, cuyas políticas económicas y sociales son las mismas que el PP. Con ello únicamente se ahonda en la desafección de las clases desfavorecidas hacia el proyecto socialista.
Es el momento de elegir entre Vorwärts oder Ruckwärts (adelante o atrás), el SPD eligió atrás, el PSOE está a tiempo de elegir adelante.
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