“Una angustia tremenda que no puedo expresar/ me ahoga el equilibrio sereno del rimar,/ una angustia tremenda de atormentado duelo,/ una amargura inmensa tan grande como el mar".
Coleman pone el ejemplo de Wallace Stevens, considerado uno de los grandes poetas norteamericanos contemporáneos, al que le fue ofrecido un prestigioso puesto docente en la Universidad de Harvard, y que no aceptó para no tener que abandonar su cargo de vicepresidente de la empresa Hartford Accident and Indemnity Company.