La mujer, de 21 años, estaba bajo vigilancia de los servicios de información e inteligencia internacionales desde hacía dos años, mientras se radicalizaba.
Todos los cuerpos de seguridad del Estado como el ministro de Interior han negado haber recibido ninguna petición por parte de Bélgica requiriendo datos sobre el imán de Ripoll, cerebro de la célula terrorista que atentó en Cataluña.
La Guardia Civil detectó que se habían radicalizado y constató que estaban intentando tener acceso a armas y explosivos.
Dolores Delgado, que coordina los temas de terrorismo islamista en la Audiencia Nacional, destaca la importancia "cualitativa más que cuantitativa" de la mujer en el entramado terrorista.
El ultraderechista autor de la mantanza de 2011 en Noruega ha pasado los últimos cinco años sin contacto con otros presos, pero no está arrepentido.
Los responsables de Educación y Juventud de los Veintiocho han reconocido la necesidad de destinar más fondos a la integración e inclusión social y educativa de los jóvenes en Europa y, también, de los miles de inmigrantes y refugiados que han llegado en los últimos meses al Viejo Continente para combatir la radicalización tras los atentados de París, reivindicados por el Estado Islámico.