Desde hoy mismo se aplica un protocolo por el que el se adapta su nombre, vestimenta y los lavabos y vestuarios que utilicen a su identidad sexual.
La Policía ha detectado más de 30.000 víctimas potenciales, de las que 157 son menores de edad y 63 se han podido localizar gracias a las llamadas y mensajes recibidos.