Miguel Díaz-Canel es elegido nuevo presidente de Cuba por la Asamblea Nacional

El Partido Comunista de Cuba ha elegido al hasta ahora vicepresidente del Gobierno, Miguel Díaz-Canel, como reemplazo de Raúl Castro como presidente.

Se trata de nuevo capítulo para la isla después de casi sesenta años de gobierno de los hermanos Castro, pero un cambio que apunta a preservar el socialismo cubano, mero continuismo. 

La Asamblea Nacional ha tomado juramento en Díaz-Canel (57 años), con 603 de los 604 legisladores presentes votando por su candidata, marcando un cambio generacional con respecto a Castro, de 86 años.

La transición, aunque es un cambio histórico de una era que comenzó con la revolución de Fidel y Raúl Castro en 1959, no se espera de ella cambios radicales en la economía estatal y el sistema de partido único de la isla, uno de los últimos en el mundo.

Díaz-Canel es visto como un lealista del Partido Comunista, el cual es designado por la Constitución como la fuerza política rectora de Cuba.

Castro, que ha sido presidente desde 2008 cuando tomó el relevo de su hermano mayor enfermo Fidel, conservará un peso considerable, ya que seguirá al frente del Partido Comunista hasta un congreso en 2021.

No en vano, en su discurso ante el país, Díaz-Canel ha dicho que su predecesor "encabezará las decisiones de mayor trascendencia para el presente y el futuro de la nación".

Para muchos cubanos, que luchan con dificultades económicas y están frustrados con el énfasis del gobierno en la continuidad más que en el cambio, es poco probable que la transición en el liderazgo lleve mucho más allá del simbolismo de un nuevo líder.

"Siempre deseamos que lo simbólico se traduzca en acciones reales y concretas para nuestras vidas", dice  a Reuters José Jasan Nieves, de 30 años, editor de un medio de comunicación alternativo al monopolio mediático estatal. "Pero este no es el caso."

Los cubanos esperan que el próximo gobierno pueda resucitar una de las últimas economías de planificación centralizada al estilo soviético que no ha mejorado bajo las limitadas reformas de mercado de Castro.