viernes, 19 de abril de 2024 13:05
Economía

Banco Popular: Saracho denuncia "trampas" y "voluntad de ocultación" en las cuentas del ejercicio 2016

Ángel Ron asegura que su sucesor, Emilio Saracho, le dijo que la acción del Banco Popular "estaba cara" y que, si no podía vender la entidad o ampliar el capital rápidamente, "montaría una tómbola".

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Ángel Ron, Emilio Saracho y Pedro Larena


El expresidente de Banco Popular, Emilio Saracho, ha criticado que en las cuentas del ejercicio 2016, en las que se basó el folleto para la puesta en marcha de la segunda ampliación de capital, se cambiaron provisiones de una partida a otra para cubrir las exigencias que los inspectores habían requerido a la entidad, incurriendo así en "trampas" y demostrando que hubo una "voluntad de ocultación".


Así lo ha declarado el que fuera presidente de Popular durante 108 días, desde febrero de 2017 hasta su resolución y posterior venta al Santander por un euro en junio del mismo año, en su comparecencia ante la Comisión de investigación de la crisis financiera el rescate bancario y la quiebra de las cajas de ahorro del Congreso, y que dedica una fase específica a investigar la caída de la entidad.


Saracho ha explicado que cuando asumió la presidencia de la entidad quería mejorar las prácticas contables con el objetivo de restablecer el 'modus operandi' que veía "muy casual" y que no le daba la confianza de que estuviera a prueba de crisis. No obstante, ha asegurado que le avisaron sobre los riesgos de realizar ajustes de contabilidad del ejercicio que se acababa de cerrar. "Reformular unas cuentas es igual a desaparición instantánea", ha aseverado.


De esta forma, el procedimiento finalmente se puso en marcha, pero mediante una comisión de auditoría que decidiría si se aceptaba o no. El 2 de abril de 2017 se decidió llevar a cabo una 'reexpresión', que no reformulación. Tras realizarse los diferentes análisis, se anotaron varios ajustes, de los que uno parecía completamente operativo, pero afectaba al ejercicio. Se trataba de una serie de registros contables sobre activos adjudicados.


Por otro lado, se apuntó un ajuste de 123 millones de euros en concepto de provisiones "que sobraban", una cantidad que, aunque Saracho ha tachado de "irrisoria", se trata de una "trampa". Popular fue objeto de una inspección "brutal" que llevó a los responsables de aprobar las cuentas a quitar esa cantidad en las provisiones hechas por la entidad a cubrir las que ahora los inspectores le solicitaban.


"Esto fue desvestir un santo para vestir otro", ha apostillado el banquero. "Se trata de un trampa, punto y final. Quien quiera que haya hecho eso, hizo algo que es ilegal e irregular, y eso está mal", ha sentenciado. En este sentido, Saracho ha subrayado que esto demostraba que había "voluntad de ocultación".


Saracho ha proseguido explicando que en banca, al igual que en la vida, cuando una institución que es considerada "eminentemente honesta y sin corrupción" rompe una línea roja, quiere decir que lo ha podido hacer más veces. "Esta actuación que se llevó en el banco requería de una organización compleja e instrucciones ocultas para hacer algo que estaba expresamente prohibido", ha añadido.


"DESASTRE" DE AMPLIACIÓN DE CAPITAL


Por otro lado, el banquero ha dicho que tras tener una discusión con una persona de la entidad, le admitían que la ampliación de capital había sido un "desastre" porque se le habían colocado acciones a sus clientes, los cuales han perdido mucho dinero y se habían refinanciado acciones.


El problema de las refinanciaciones, a pesar de que Saracho creía que iban a devengar en una "bola de morosidad" al cabo de un año que ascendería a unos 200 millones de euros, finalmente fue que no se llegaron a deducir nunca. "Es como si no hubieses hecho la ampliación de capital a esos efectos", ha indicado.


"Se habían quedado prácticamente sin capital del que habían levantado, porque habían tenido más pérdidas de las esperadas y porque el régimen regulatorio apretó el cinturón el 1 de enero de 2017, que llevó a perder capital a todos los bancos porque los criterios cambiaron", ha relatado.


En este sentido, de la noche a la mañana a Banco Popular le desaparecieron 1.000 millones de euros de capital, que, unido a los 1.000 millones de las pérdidas, provocó que se zampasen la ampliación de capital, según ha descrito.


"Este es el banco que Ángel Ron describía como una maravilla; en las tripas era un desastre. Se trataba de un banco con una crisis abierta de todo tipo: de ratios, de acción, de ratings, de reputación mediática, de política de comunicación, etc.", ha acusado.


RON ASEGURA QUE SARACHO LE DIJO QUE "MONTARÍA UNA TÓMBOLA"


Por su parte, el presidente del Banco Popular entre los años 2006 y 2017, Ángel Ron, ha asegurado en el Congreso que su sucesor, Emilio Saracho, le dijo que la acción del Banco Popular "estaba cara" y que, si no podía vender la entidad o ampliar el capital rápidamente, "montaría una tómbola".


Durante su comparecencia ante la comisión que investiga en la Cámara Baja la crisis financiera, el rescate bancario y la quiebra de las cajas de ahorro, y que dedica una fase específica a investigar la caída del Popular, Ron ha acusado a su sucesor de buscar una depreciación de la acción de la entidad.


Así, ha dicho que el propio Saracho llegó a decirle que buscaba "arreglar" la situación del Popular "con una ampliación de capital a bajo precio, o una transacción a bajo precio" y "que, si no lo hacía rápido, montaría una tómbola". "Me pareció especialmente desagradable", ha apostillado.


Así, ha comentado que Saracho consideraba que "para hacer esa operación la acción estaba cara" y que "el principio básico como banquero de inversión era infundir pánico y asustar a autoridades, accionistas y al mercado".


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"A lo mejor es una táctica de negociación. Asustar a algunas personas da resultados, pero para gestionar un banco comercial, cuanto menos me recuerda a la conducción temeraria", ha manifestado en otro momento de su intervención, tras asegurar que llegó a "amenazar con estrellar el avión en la puerta del Banco Central Europeo (BCE)". "No me lo dijo a mí, se lo dijo a más directivos", ha dicho.


CONDUCIR UN AVIÓN COMERCIAL COMO SI FUERA UN CAZA


Por otro lado, ha asegurado que Saracho reconoció "no conocer los fundamentos de la banca comercial" no solo ante él, sino ante más consejeros y directivos de la entidad, y "que no sabía ni venía a gestionar, que para eso estaban los anteriores".


En este sentido, ha comparado la gestión de Saracho con la conducción de un avión comercial "como si fuera un caza". "Llega al aeropuerto pero los tripulantes y los pasajeros se mueren. Porque, obviamente, si se empiezan a hacer 'loops' y triples, y descensos en picado, al final lo que ocurre es que se perdió la confianza", ha dicho.


ACTUACIONES PARA BAJAR EL PRECIO DE LA ACCIÓN"


Ron ha dicho que, a su juicio, "no hubo una estrategia de comunicación" y que este mismo departamento "persistentemente advirtió" a Saracho "que la forma en que hacía declaraciones no era bueno para el banco".


En este sentido, ha asegurado que cree que determinadas actuaciones de la dirección del banco se realizaron con el fin de "bajar el precio de la acción" y "echar la culpa a los anteriores" gestores de la entidad, como la reexpresión de las cuentas, la forma en la que se comunicó un exceso de provisiones o la salida del consejero delegado, tras una filtración ese mismo día de la que ha acusado directamente a Saracho.


Asimismo, ha lamentado que llegara a comentar en conversaciones 'off the record' con periodistas en abril, dos meses antes de la resolución del banco, "que la acción podía llegar a cero".


RELACIÓN CON JP MORGAN


Saracho también ha criticado que la contratación de JP Morgan por parte de su sucesor, que venía de ser vicepresidente mundial de esta entidad, pues cree que esto suponía un "claro conflicto de intereses". "Yo jamás habría contratado esa firma", ha dicho.


Además, ha dicho que Saracho trató de que este banco le autorizara para poder cobrar un bono de jubilación que únicamente podría percibir si en ese momento trabajaba para ellos, algo que consiguió, ironizando que JP Morgan era una "conocidísima ONG".


Ron también ha lamentado que su sucesor abandonara el proyecto Sunrise, con el que buscaba eliminar parte de su cartera inmobiliaria "porque eso tenía riesgos personales". "¿Saben quién dijo que quería financiarlo? JP Morgan, el banco del que venía mi sucesor", se ha respondido.


LA "BATALLA DE PODER" CON DEL VALLE


Durante su intervención, Ron ha explicado su salida como el resultado de una "batalla de poder" con el accionista mejicano Antonio del Valle que, ha criticado, se hizo a costa de "poner en riesgo a la institución".


Ron ha acusado a este accionista de querer hacerse con el banco "a un precio muy bajo" y, para ello, cree que inició "una campaña de descrédito personal" que acabó perjudicando a la entidad y a su valor en los mercados, hasta el punto que ha asegurado que se retiró voluntariamente de la presidencia del banco.

"Precisamente, animé a los consejeros a que apoyaran a los que, desde dentro, estaban sembrando el mercado de noticias negativas, pretendiendo y consiguiendo una caída de la acción que, visto lo que pasó después, tiene el carácter que tiene", ha dicho.

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