El Real Madrid consigue ganar al Valladolid con el empuje de Vinicius (2-0)
Vinicius parece tener la llave a los problemas blancos. Con 18 años y tras su gran partido en Melilla, no le tembló el pulso ante un Bernabéu que le aclamó de principio a fin.
Vinicius saluda a la afición madridista (Eurosport)
El Real Madrid corta una racha de cinco jornadas de Liga sin ganar al derrotar a un gran Valladolid con un tanto en propia puerta de Kiko Olivas con ayuda de Vinicius y otro de Ramos de penalti en los últimos minutos. El cuadro de Sergio González se estrelló hasta dos veces contra los palos. El Bernabéu pitó a Ramos, Bale o Asensio, pero ovacionó a Vinicius, la gran esperanza blanca.
El Madrid parecía condenado a vivir otra tarde aciaga en el campeonato de Liga, donde no ganaba desde hacía más de un mes. Sin frescura arriba, con claros problemas en defensa y enfrente un Valladolid enchufado y con las cosas claras (y la afición en contra, quemada tras la manita en el Camp Nou), el panorama era de todo menos alentador.
Sin embargo, toda la fortuna que le faltó al equipo blanco en las últimas semanas la encontró Solari en su estreno en casa. Y eso que el técnico argentino quitó a Casemiro y los pucelanos encontraron una autopista en el centro del campo. Por ahí llegaron dos contraataques que acabaron en sendos disparos al larguero. Guiados por Toni Villa, el Pucela hizo todo lo posible por ganar en el feudo blanco, con Ronaldo en el palco para poner más morbo al asunto.
Vinicius parece tener la llave a los problemas blancos. Con 18 años y tras su gran partido en Melilla, no le tembló el pulso ante un Bernabéu que le aclamó de principio a fin y en una jugada que parecía destinada al fracaso llegó el 1-0. El brasileño pisó área y optó por centrar en lugar de disparar. El balón topó en Kiko Olivas y acabó en el fondo de la red.
El Bernabéu estalló con un gol que le otorgaron a Vinicius. Cinco minutos después Benzema provocó un penalti y el grito fue unánime: Que lo tire Vinicius. La jerarquía se impuso y Ramos, entre pitos, puso el 2-0 definitivo para convertir la tensión en una fiesta. El madridismo tiene nuevo héroe. Y ha venido para quedarse.
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