jueves, 28 de marzo de 2024 18:50
Politica

Su Majestad el Rey Felipe VI "exige respeto" a la Constitución

Como cada año, Pressdigital te ofrece en Directo el Mensaje de Navidad de S. M. el Rey. Apuesta por "alcanzar consensos cívicos y sociales que aseguren el gran proyecto de modernización de España".

|

Como cada año, Pressdigital te ha ofrecido en Directo el Mensaje de Navidad de S. M. el Rey.



El Rey Felipe VI ha hecho este lunes 24 de diciembre un llamamiento a asegurar la convivencia, por considerar que es "el mayor patrimonio" de los españoles y advirtiendo de que la convivencia "siempre es frágil" y de que su mantenimiento "exige el respeto" a la Constitución. Una Constitución, ha dicho, "que no es una realidad inerte, sino una realidad viva que ampara, protege y tutela" los derechos y libertades.


El jefe del Estado ha dirigido a los españoles un mensaje de Navidad, el quinto de su reinado, enmarcado en el 40 aniversario de la Carta Magna y en los valores que la inspiraron, y dirigido especialmente a los jóvenes y con quien, según su análisis, la sociedad tiene "una deuda pendiente".


De hecho, ha incidido en la convivencia como "la obra más valiosa" de la democracia española y pero también como "el mejor legado" para las generaciones más jóvenes. "Debemos evitar que se deteriore o se erosione; debemos defenderla, cuidarla, protegerla; y hacerlo con responsabilidad y convicción", ha dicho, recordando que así ha sido posible "durante estos últimos cuarenta años de libertad" porque los españoles han creído en sí mismos y en sus "propias fuerzas".


La convivencia, ha argumentado también, se basa "en el respeto a las personas, a las ideas y a los derechos de los demás", requiere reforzar los vínculos que unen y deben seguir uniendo a los españoles, y además es "incompatible con el rencor y el resentimiento". "Estas actitudes forman parte de nuestra peor historia y no debemos permitir que renazcan", ha dicho, para recalcar que, en convivencia, "la superación de los grandes problemas y de las injusticias nunca puede nacer de la división, ni mucho menos del enfrentamiento, sino del acuerdo y de la unión ante los desafíos y las dificultades".


Ha sido un discurso en el que no ha mencionado la palabra Cataluña, a diferencia del mensaje de 2017, pronunciado solo tres días después de las elecciones en esa comunidad y cuando aún no habían pasado tres meses del 1-O.


Felipe VI ha comenzado dirigiendo sus palabras a quienes viven "una situación difícil por razones personales, económicas y sociales" y expresando "repulsa y enérgica condena" contra la violencia machista" y acto seguido ha pasado a hablar de la convivencia, "pensando en el presente y también en el futuro", en los jóvenes.


Para ello, ha puesto en valor los ideales de la Transición, "la reconciliación y la concordia; el diálogo y el entendimiento; la integración y la solidaridad", y la voluntad de los líderes políticos, económicos y sociales de "llegar a acuerdos, a pesar de estar muy distanciados por sus ideas y sentimientos", porque tenían "un objetivo muy claro", la democracia y la libertad, y definir unas "reglas comunes" que garanticen la convivencia.


LA ESPAÑA DE HOY TIENE "CIMIENTOS SÓLIDOS"


Felipe VI ha subrayado que ese empeño fue "un éxito" del que se han beneficiado las generaciones posteriores y, por eso, llamado a hacer todo lo posible "para que esos principios no se pierdan ni se olviden, para que las reglas que son de todos sean respetadas por todos", porque sea será la forma de asegurar a los jóvenes "con mayor garantía, nuevas décadas de progreso y avance". España, ha dicho, es hoy una "democracia asentada" y por eso es "imprescindible" asegurar la convivencia "en todo momento".

"Todos los proyectos necesitan unos cimientos sólidos, y la España de hoy los tiene, porque están hechos de una voluntad decidida de concordia, de paz y de entendimiento", ha añadido.


También ha llamado a "valorar con orgullo" lo construido entre todos y a confiar en lo que se puede hacer en el futuro "alejando el desencanto y el pesimismo", siendo conscientes de "la nueva realidad" del siglo XXI y siendo capaces de "alcanzar consensos cívicos y sociales que aseguren el gran proyecto de modernización de España".


HACER A LOS JÓVENES PARTÍCIPES DE LA TRANSICIÓN


De hecho, ha apelado a hacer a los jóvenes "partícipes" del periodo de la Transición, porque es el que permite entender cómo y por qué España "ha conseguido el cambio más radical de su historia". "Yo creo que eso es necesario, sí; pero también ha pasado a la primera persona para dirigirse a un juventud con quien, ha opinado, la sociedad tiene "una deuda pendiente": "Somos responsables de su futuro y las circunstancias de hoy en día no son, ni mucho menos, las más fáciles".


"Queréis vivir y convivir, pero tenéis problemas serios", ha reconocido el Rey, tras remarcar que la sociedad actual suma tanto "interrogantes" como "oportunidades" y que los jóvenes tienen talento, creen en la paz, se sienten europeos y son solidarios. "Os tenemos que ayudar", ha dicho, tanto a quienes necesitan una mejor formación como a quienes tienen un trabajo que no responde a sus expectativas, para que puedan "construir un proyecto de vida personal y profesional, con un trabajo y un salario dignos", un lugar adecuado donde vivir y, si lo desean, formar una familia y poder conciliar la vida personal con la familiar.


Así, ha situado como responsabilidad de toda la sociedad contribuir a que toda esa capacidad y energía "venzan a las dificultades" y "seguir construyendo día a día un país mejor, más creativo, más dinámico, y siempre en vanguardia". "Una España más cohesionada socialmente y más comprometida con la igualdad real entre hombres y mujeres", ha remachado.


El Rey ha finalizado su mensaje haciendo un llamamiento a todos a actuar "por el bien común", haciendo cada uno lo que le corresponde, "animando a quien lo precisa _sin que nadie quede atrás_". "Sumando todas nuestras fuerzas en el deseo de una España siempre mejor, porque los españoles lo merecemos", ha concluido, antes de despedirse felicitando la Navidad en todas las lenguas oficiales.



Este ha sido su discurso íntegro de S. M. el Rey:


Buenas noches.


En estos días tan especiales, en los que siempre nos deben unir los mejores sentimientos, os deseo, junto a la Reina y nuestras hijas, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, una Feliz Navidad y que en el año 2019 podáis ver cumplidos vuestros anhelos y aspiraciones.


Hoy no quiero dejar de recordar a quienes vivís una situación difícil por razones personales, económicas o sociales; o estáis lejos de vuestro hogar y seres queridos. En estas horas, que han de ser para la alegría y de celebración, nuestro corazón y nuestro pensamiento están a vuestro lado; y nuestro mayor deseo es que todas esas circunstancias queden pronto atrás.


A lo largo de los últimos años os he venido transmitiendo en Nochebuena mis inquietudes y reflexiones sobre nuestra democracia; sobre la cohesión social y territorial, la economía y el paro o la educación; también sobre la corrupción, el terrorismo, o la violencia contra las mujeres; una violencia, de tan triste actualidad y que merece siempre nuestra repulsa y condena más enérgica y el empeño de toda la sociedad para erradicarla de nuestra vida. Todas estas cuestiones que acabo de mencionar nos siguen preocupando, por supuesto, muy seriamente.


Permitidme que esta noche os hable de algo que también me parece muy importante. Quiero hablaros de nuestra convivencia, de los principios en los que se inspira, pensando en el presente y también en el futuro, en nuestras generaciones más jóvenes, a las que hoy me voy a dirigir especialmente.


El pasado 6 de diciembre, con motivo del 40 aniversario de nuestra Constitución, recordé nuevamente los ideales que animaron y unieron a los españoles durante la transición política y que han sido el fundamento, la base de nuestra libertad y de nuestro progreso de estos últimos 40 años: la reconciliación y la concordia; el diálogo y el entendimiento; la integración y la solidaridad.


Quienes vivieron aquellos años saben bien que si hay algo que los define fue el valor de trabajar juntos y unidos pensando en nuestro país y en su futuro; fue la voluntad de los españoles de entenderse y la de los líderes políticos, económicos y sociales de llegar a acuerdos, a pesar de estar muy distanciados por sus ideas y sentimientos.


A todos les unía un objetivo muy claro: la democracia y la libertad en España; definir unas reglas comunes que garantizaran nuestra convivencia. Y lo lograron. De ese éxito nos hemos beneficiado las siguientes generaciones; y lo que debemos hacer hoy es todo lo que esté en nuestras manos para que esos principios no se pierdan ni se olviden, para que las reglas que son de todos sean respetadas por todos. Y de esa manera asegurar a los jóvenes, con mayor garantía, nuevas décadas de progreso y avance como las que nosotros afortunadamente hemos conocido.


Quienes fuisteis protagonistas o testigos de la transición estoy seguro de que entenderéis muy bien lo que acabo de decir. A los que no vivisteis aquel tiempo y especialmente a las generaciones más jóvenes, tenemos el deber de haceros partícipes de ese período de nuestra historia, de ese camino que permite entender por qué y cómo España ha conseguido el cambio más radical de su historia; por qué y cómo ha avanzado y prosperado tanto nuestra sociedad desde entonces.




Yo creo que eso es necesario, sí; pero también creo que no es suficiente. Porque como sociedad tenemos una deuda pendiente con nuestros jóvenes. Somos responsables de su futuro y las circunstancias de hoy en día no son, ni mucho menos, las más fáciles.


Los jóvenes vivís inmersos en la realidad de una sociedad tecnológica —de cambios continuos y acelerados— que plantea nuevos interrogantes, pero que a la vez está llena de nuevas oportunidades. Tenéis talento, creéis en la paz, estáis abiertos al mundo porque sois y os sentís europeos, sois solidarios, estáis comprometidos con las causas sociales, con la lucha contra el cambio climático y la defensa del medio ambiente. Queréis vivir y convivir, pero tenéis problemas serios.


Sabéis que es muy difícil encontrar trabajo sin una adecuada formación. Muchos la tenéis, pero a veces os veis obligados a ocupar un puesto de trabajo que no es para el que os habéis preparado o que no responde a vuestras expectativas. Y os tenemos que ayudar: a que podáis construir un proyecto de vida personal y profesional, con un trabajo y un salario dignos, a tener un lugar adecuado donde vivir y, si así lo queréis, a formar una familia y poder conciliar con la vida laboral.


Nuestra responsabilidad, la de toda nuestra sociedad, es que vuestra capacidad, vuestra motivación, vuestra ilusión y esfuerzo, venzan a las dificultades; porque tenemos la obligación –contando con vosotros, con vuestra energía–, de seguir construyendo día a día un país mejor, más creativo, más dinámico, y siempre en vanguardia; una España más cohesionada socialmente y más comprometida con la igualdad real entre hombres y mujeres.


Hoy, que vivimos en una democracia asentada y que compartimos unos mismos principios y valores con otras democracias de nuestro entorno, es imprescindible que aseguremos en todo momento nuestra convivencia.


Una convivencia que se basa en la consideración y en el respeto a las personas, a las ideas y a los derechos de los demás; que requiere que cuidemos y reforcemos los profundos vínculos que nos unen y que siempre nos deben unir a todos los españoles; que es incompatible con el rencor y el resentimiento, porque estas actitudes forman parte de nuestra peor historia y no debemos permitir que renazcan; una convivencia en la que la superación de los grandes problemas y de las injusticias nunca puede nacer de la división, ni mucho menos del enfrentamiento, sino del acuerdo y de la unión ante los desafíos y las dificultades.


Una convivencia, en fin, que exige el respeto a nuestra Constitución; que no es una realidad inerte, sino una realidad viva que ampara, protege y tutela nuestros derechos y libertades. Todos los proyectos necesitan unos cimientos sólidos, y la España de hoy los tiene, porque están hechos de una voluntad decidida de concordia, de paz y de entendimiento.


Y esta es la reflexión que quería haceros llegar esta noche: que la convivencia —que siempre es frágil, no lo olvidemos— es el mayor patrimonio que tenemos los españoles. La obra más valiosa de nuestra democracia y el mejor legado que podemos confiar a las generaciones más jóvenes; y, por ello, debemos evitar que se deteriore o se erosione; debemos defenderla, cuidarla, protegerla; y hacerlo con responsabilidad y convicción. Así lo hemos demostrado durante estos últimos cuarenta años de libertad porque hemos creído en nosotros mismos y en nuestras propias fuerzas.


Ahora debemos valorar con orgullo lo que somos, lo que hemos hecho y confiar en lo que podemos hacer entre todos, alejando el desencanto o el pesimismo. Debemos ser conscientes de la nueva realidad que nos impone el siglo XXI y ser capaces de alcanzar consensos cívicos y sociales que aseguren el gran proyecto de modernización de España.


Con esa esperanza y confianza en el futuro, sigamos adelante. Con coraje y sin descanso. Porque todos podemos hacer mucho por el bien común, y superarnos cada día; haciendo cada uno lo que nos corresponde y apoyando a quien cumple con su obligación; animando a quien lo precisa —sin que nadie quede atrás—, y sumando todas nuestras fuerzas en el deseo de una España siempre mejor, porque los españoles lo merecemos.


A todo esto os animo. Gracias por escucharme y os deseo nuevamente a cada uno de vosotros y a vuestras familias, una muy feliz Navidad.


Eguberri on. Bon Nadal. Boas festas.
Buenas noches. Y feliz y próspero 2019.



Última hora

COMENTAR

Sin comentarios

Escribe tu comentario




He leído y acepto la política de privacidad

No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Última hora

Pressdigital
redaccion@pressdigital.es
Powered by Bigpress
RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS. EDITADO POR ORNA COMUNICACIÓN SL - Publicidad
Aviso-legal - Política de Cookies - Política de Privacidad - Configuración de cookies - Consejo editorial
CLABE