Jim Yong Kim abandona la presidencia del Banco Mundial
Se retira el 1 de febrero para el sector privado, antes de que expire su mandato en 2022.
Jim Yong Kim dimitirá como jefe del Banco Mundial, enviando ondas de choque a través de la comunidad internacional de ayuda.
Se retirará el 1 de febrero, antes de que expire su mandato en 2022.
La organización con sede en Washington es uno de los mayores donantes a los países del mundo en desarrollo, y aunque muchas de sus políticas han resultado controvertidas. Ha estado detrás de grandes proyectos de infraestructura en Asia, África y América del Sur.
La decisión de Kim de renunciar al sector privado fue descrita por fuentes cercanas al banco como una "decisión personal".
La inesperada renuncia de Kimpodría desencadenar una lucha entre la administración Trump y los críticos del control de Estados Unidos en el Banco Mundial, que es la institución de financiamiento para el desarrollo más grande del mundo, según 'The Wall Street Journal'.
Fue nombrado presidente del Banco Mundial por primera vez en 2012, y en 2016 fue nombrado para un nuevo mandato que durará hasta 2021, lo que habría significado que su sucesor no habría sido nombrado durante el primer mandato de la presidencia de Trump. Anteriormente había sido presidente del Dartmouth College, y antes de eso era un médico conocido por su trabajo en la lucha contra el VIH/SIDA.
Kristalina Georgieva, la actual directora general del Banco Mundial, será la presidenta interina a partir del 1 de febrero. La declaración no proporcionaba el nombre de la firma a la que se uniría Kim.
En los siete decenios de historia del banco, su presidente siempre ha sido elegido por Estados Unidos, pero muchos otros países han tratado de poner fin al control de Washington sobre la elección.
En 2012, Estados Unidos enfrentó un desafío a su primacía en el nombramiento del presidente del Banco Mundial. La nominación de Jim Yong Kim por parte de Estados Unidos enfrentó a contendientes de Nigeria y Colombia. Muchos funcionarios han argumentado que el papel del Banco Mundial en la financiación del desarrollo justifica el liderazgo -al menos ocasionalmente- de los países del sur global.
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