Una mujer sin hogar pide limosna en Brasil y la matan a tiros
Zilda Leandro, de 31 años, le pidió a Aderbal Castro, que caminaba por la calle, un real -poco más de 20 céntimos-. Ante su insistencia, el hombre disparó dos veces a quemarropa siguió su camino.
Un caso de asesinato a sangre fría, filmado por cámaras de vigilancia, está provocando una ola de conmoción e indignación en Brasil. La sin techo Zilda Leandro, conocida como Néia en su barrio de Niterói, una ciudad vecina de Río de Janeiro, pedía limosna como tantas otras veces, cuando fue asesinada con dos disparos por un transeúnte enojado por su persistencia.
En el vídeo se ve a Néia, de 31 años, acercándose a un hombre, identificado por la policía como Aderbal Castro, y pidiéndole un real -unos 20 céntimos de euro- según las autoridades y varios testigos.
Luego hace un gesto antes de ser alcanzada por dos disparos de un arma que Aderbal se sacó de la cintura. Mientras la mujer yace en el suelo, en medio de la calle, el perpetrador del crimen sigue su camino a lo largo de la acera y mira hacia atrás unas cuantas veces.
Néia fue llevada a un hospital, donde murió poco después. Aderbal, que afirma haber sido víctima de un intento de agresión, versión que no convenció a la policía a la vista de las imágenes, fue detenido y puede ser condenado a 30 años de prisión.
Las imágenes del video pueden impactar a las personas más sensibles:
Según datos del Ministerio de Salud de junio, Brasil registró 17.386 casos de violencia contra las personas sin hogar entre 2015 y 2017 -las cifras tienen en cuenta sólo los casos en los que la motivación del ataque fue el hecho de que la víctima vivía en la calle y no la de muertes naturales, colisiones de peatones y otros-.
En el 38% de los casos, las víctimas eran jóvenes de 15 a 24 años y en el 54% eran negros o mulatos. Hay más mujeres víctimas (50,8%), como Néia, que hombres, a pesar de que éstas son la mayoría de la población desplazada.
La ciudad de São Paulo -la más poblada del país- es la que tiene más casos.
La muerte de la sin techo Néia ha suscitado un debate sobre la flexibilización de la posesión y porte de armas en Brasil, uno de los principales caballos de batalla del presidente Jair Bolsonaro.
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