Pete Buttigieg, el candidato gay que quiere destronar a Donald Trump

Ante los gritos de "Recuerden Sodoma y Gomorra", las ciudades bíblicas que fueron destruidas en castigo por el comportamiento sexual de sus habitantes, que resonaron en una de sus manifestaciones en Iowa, el alcalde Pete Buttigieg no ha perdido la compostura. "

La buena noticia es que el destino de mi alma está en manos de Dios, pero los caucus de Iowa están en las suyas", lanzó el candidato a la nominación demócrata para las elecciones presidenciales de 2020 en abril. Ahora bien, si hace un año pocos fuera de Indiana conocían a Buttigieg, veterano de la guerra de Afganistán, alcalde de South Bend y gay, de modo que asumió que no dudó en besar a su marido el día que anunció formalmente su entrada en la candidatura demócrata, hoy se presenta ante el senador Bernie Sanders en las asambleas electorales de Iowa, el estado que lanza las primarias presidenciales de noviembre en Estados Unidos.

Con el 97% de los votos contados - y después de varios aplazamientos debido a problemas en la aplicación que transmitió los resultados, el Mayor Pete tiene el 26,2%, contra el 26,1% de Sanders.

Con su fe, su pasado militar y su discurso de cambio generacional, el hijo de un inmigrante maltés desafía los argumentos de los republicanos y baraja la carrera demócrata.

Aquí está el lanzamiento oficial de la campaña de Pete Buttigieg:

Nacido en South Bend, hijo de un americano y un maltés que antes de cambiar la isla mediterránea por América estudió para un sacerdote jesuita, Pete Buttigieg ganó, con un ensayo escrito aún en la escuela secundaria, el Premio Perfiles de Coraje, que se otorga anualmente en Boston en honor del autor del libro del mismo nombre, el presidente John F. Kennedy. Fue entonces, en el 2000, cuando conoció a la hija de JFK, Caroline, con un trabajo sobre el coraje demostrado por... Bernie Sanders, como senador independiente.

Graduado de Harvard y Oxford, Buttigieg trabajó como pasante y más tarde como asesor y consejero de varios políticos en Washington antes de ser enviado a Afganistán en 2014 como oficial de inteligencia de la Marina de los Estados Unidos.

Alcalde de South Bend desde 2011, Buttigieg asegura que la religión juega un papel determinante en su vida. Criado como católico, ahora es un adulto que asiste a la iglesia episcopal. Bastante vocal sobre su fe, Buttigieg desafía a la derecha religiosa en su propio terreno. Convencido de que los demócratas han dejado a los republicanos para discutir la espiritualidad, el alcalde no teme hablar de la religión y el papel que juega en su vida: como cuando enfrentó al vicepresidente Mike Pence con su matrimonio con Chasten Glezman.

"No tengo el talento o la energía suficiente para crear un personaje. Tengo que ser quien soy".

"No tengo el talento o la energía suficiente para crear un personaje. Tengo que ser quien soy", le gusta subrayar a Buttigieg. A la edad de 37 años, y frente a posibles rivales democráticos de 70 años (Sanders tiene 77 años, Biden 76), Buttigieg ha tratado de convertir la edad, y la consiguiente falta de experiencia política, en una ventaja. "Represento a esa generación que creció con los tiroteos en las escuelas como norma, la generación que dio el grueso de las agallas en los conflictos posteriores al 11 de septiembre, la generación que se ocupará del cambio climático mientras vivamos.