El Gobierno, satisfecho por la "normalidad" con la que ha discurrido la reunión con Torra

El Gobierno se muestra satisfecho por la "normalidad" con que ha discurrido a su juicio la entrevista de este jueves entre el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y el president de la Generalitat, Quim Torra, después de la guerra de símbolos en que se convirtió su encuentro en el Palacio de Pedralbes de diciembre de 2018 con el episodio de las flores amarillas de Pascua.

Fuentes de la delegación que acompaña a Sánchez en esa visita ponen en valor haber conseguido fijar una fecha para la constitución y el inicio de los trabajos de la mesa de diálogo sobre el conflicto político pactada entre el PSOE y ERC en el acuerdo de investidura, pese a las bajas expectativas que tenían al respecto por las dudas sobre el compromiso de Torra con esta iniciativa.

El hecho de que por el momento ERC tampoco haya puestos pegas a que la mesa arranque en este mismo mes de febrero lo consideran una señal positiva, como también lo es en su opinión la intervención "calmada" de Torra en su comparecencia de prensa tras la reunión.

Desde la delegación gubernamental se valora asimismo que, en el plano institucional, la bandera española haya vuelto a presidir la sala en la que Torra recibe habitualmente a sus visitas por primera vez desde 2010, cuando entonces el president de la Generalitat era el socialista José Montilla.

A lo que no se ha prestado Sánchez en esta visita es a pasear con Torra por el Pati dels Tarongers (Patio de los Naranjos) del Palau de la Generalitat, donde suele haber lazos amarillos y carteles en favor de los presos del 'procés' que colocan los trabajadores del Palau.

Nada más entrar en el Palau, han subido directamente por la escalera de piedra y accedido a la Sala de la Virgen de Montserrat donde ha sido la reunión, en ausencia de ningún símbolo reivindicativo más allá del pin con forma de lazo que lucía Torra en su solapa.