Condena unánime de la prensa por el espionaje a periodistas por parte del BBVA

La Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) y la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) han condenado "de forma enérgica" el espionaje a periodistas llevado a cabo por BBVA, una práctica que consideran "un ataque a la libertad de acceso a las fuentes y que pone en riesgo la transparencia informativa".

Las tres asociaciones han realizado estas consideraciones en un comunicado conjunto una vez constatado que las investigaciones policiales sobre espionaje a periodistas aparecen en el sumario del 'caso Villarejo/BBVA'.

"Destacamos la especial gravedad de esas intervenciones sobre correos y llamadas entre periodistas y empleados del banco, así como pinchazos de los teléfonos móviles, que se han realizado de forma sistemática durante cerca de una década, tal como refleja el sumario", señalan en la nota hecha pública este jueves 20 de febrero.

Para las asociaciones, se trata de una forma de actuar que pone en riesgo la correcta relación entre empresas y medios de comunicación, así como el ejercicio de la libertad de expresión y el derecho a ser informado de todo ciudadano. Así, argumentan que con este tipo de actitudes se busca influir en la información que llega a lectores, inversores, accionistas y mercados, "con el objetivo de sacar provecho para algunos directivos".

"Las asociaciones profesionales exigimos a las compañías que respeten el trabajo de los periodistas y subrayamos que sus directores de comunicación deben mantenerse vigilantes para favorecer que la información que generan sea veraz y transparente. Confiamos en que la Justicia y las autoridades supervisoras determinarán las responsabilidades que puedan derivarse de este caso", concluye el comunicado.

BBVA RECHAZA PRÁCTICAS ILEGALES

Como respuesta a este comunicado conjunto, BBVA ha asegurado que respeta la libertad de prensa y que rechaza cualquier práctica que vulnere la ley. De este modo, ha indicado que el seguimiento de comunicaciones privadas de terceros, de ser cierto, sería de "indudable gravedad" y contaría con su "total rechazo".

Al mismo tiempo, ha querido diferenciar este tipo de prácticas ilegales de los mecanismos de control recogidos en su código de conducta y en las normas internas, a los que están sujetos todos sus empleados.

La entidad presidida por Carlos Torres ha explicado que cualquier empresa cotizada está sujeta a una "exigente" supervisión reguladora, por lo que requiere de unos mecanismos de control que velen por el cumplimiento de los procedimientos internos, entre los que se incluye el deber de secreto sobre la información confidencial de la empresa.

"Estos mecanismos son perfectamente legítimos", ha apostillado el banco, al tiempo que ha mostrado su "profundo" respeto por la labor de los medios de comunicación, reconociendo su "importante" función en la sociedad.