Carlos Herrera

Conozco a Carlos Herrera desde que llegó a Radio Miramar desde la Radio Mataró, que dirigía Paco Palasí. Era un joven talento de voz majestuosa que ha acabado siendo una gran figura de la radio española. En ese tiempo, compartimos micrófono y un espacio vital muy exiguo, en el que costaba trabajo encontrar sitio para tanta gente excelente como la que allí convivía, y hasta para las cintas magnetofónicas en que guardábamos como un tesoro nuestras "hazañas radiofónicas" del día a día.

Conozco a Carlos Herrera desde que llegó a Radio Miramar desde la Radio Mataró, que dirigía Paco Palasí. Era un joven talento de voz majestuosa que ha acabado siendo una gran figura de la radio española. En ese tiempo, compartimos micrófono y un espacio vital muy exiguo, en el que costaba trabajo encontrar sitio para tanta gente excelente como la que allí convivía, y hasta para las cintas magnetofónicas en que guardábamos como un tesoro nuestras "hazañas radiofónicas" del día a día.

Radio Miramar ha sido una de las grandes escuelas de la radio catalana y de la radio española. Ayer mismo, la gente del medio despedíamos en el Tanatorio de las Corts de Barcelona a Fernando Borderías, que pasó casi toda su vida profesional en Radio Nacional y en Radio Peninsular pero que, como tantos otros grandes del dial, había comenzado, como yo mismo, en la Plaza de Catalunya 9 tercer piso, donde estaban los estudios de la histórica emisora barcelonesa que había fundado él. Lo recuerdo porque a mi amigo Fernando Rodríguez Madero se le olvidó en el magnífico homenaje verbal que le hizo en compañía del gran Lluís Canut. Los comienzos son los comienzos, y uno, a lo largo de su vida, los recuerda con especial veneración.

Hoy les escribo sobre Carlos, porque acaba de dar un paso importante en su vida al abandonar Onda Cero, la cadena que me es tan querida porque contribuí con otros compañeros, y sobre todo de la mano de la ONCE, a poner en marcha. No es una cadena cualquiera ni han ocupado su antena profesionales mediocres sino líderes de audiencia y, sobre todo, profesionales extraordinarios en sus respectivos campos de actuación. Herrera ha sido uno de ellos, capaz de llenar en nivel de igualdad el vacío dejado en la cadena por Luis del Olmo, y al mismo tiempo, aportar un plus muy personal de originalidad e ironía insuperable que ha provocado que la audiencia se trasformará en "fósforos" apasionados de su forma de hacer y entender la sociedad de este país.

Nos ha dicho por antena en este viernes en el que agoniza marzo que se toma tres meses de vacaciones activas, y nos ha dado su palabra de que lo de COPE aún no está cerrado, y que es una de las importantes ofertas que tiene sobre su mesa. Ustedes no sé qué pensaran, pero yo me lo creo como me creí en su día que se iba a Estados Unidos porque los cabrones de ETA le habían enviado una caja de puros con goma dos dentro. Haga lo que haga, y decida lo que decida, lo hará bien y estoy seguro de que la empresa que le contrate acertará en el fichaje. Le deseo lo mejor y espero que vuelva pronto porque le echaré mucho de menos en mis mañanas de radio, aunque sus sustitutos, Alsina y Juan Ramón Lucas, tampoco sean un tema menor radiofónicamente hablando. Pero claro, es que Herrera, para mí tiene, como Borderías, el valor añadido de haber comenzado en la entrañable y tan querida Radio Miramar, ¡todo un privilegio del que hemos disfrutado unos pocos!, aunque los ceporros que han escrito el wikipedia todavía no se hayan enterado de la extraordinaria historia de lo que fue y significó el EAJ 39 que fundara Joan Vidal y engrandecieran genios como José María Ballvé y Marcelino Rodríguez de Castro. Pero esa es otra pelea.

Carlos Herrera y el autor de este artículo en los viejos estudios de Radio Miramar