La precariedad en la agenda (y no sólo del verano)

Yo nunca en la vida he sido muy susceptible de sufrir un ERE. Y no porque no sea un trabajador. De hecho llevo trabajando desde el año 1991, excepto durante 11 meses y medio en que estuve parado.

Yo nunca en la vida he sido muy susceptible de sufrir un ERE. Y no porque no sea un trabajador. De hecho llevo trabajando desde el año 1991, excepto durante 11 meses y medio en que estuve parado. Ni tampoco porque haya una legislación que dificulte los despidos colectivos. Todos sabemos que los últimos gobiernos han ido introduciendo medidas legales que facilitan los despidos en las empresas: acortando su tramitación, incrementando las causas que permiten hacer, abaratando los mismos, etc. Ninguno de estos motivos lo cuenta. Por el contrario, si nunca he sido seriamente una potencial víctima de un ERE es porque a lo largo de mi vida he trabajado con contratos de duración limitada, o con becas, o sin ningún tipo de contrato o, como ahora, en situación interina. Y mi caso no es único, en absoluto. Soy uno más de los millones de personas que en nuestro país tenemos un trabajo tanto precaria que no hace falta ni que nos hagan un ERE para podernos hacer fuera del trabajo.

Este verano asistiremos a una nueva escenificación por parte de los gobiernos estatales y autonómicos de que el paro está disminuyendo. Y utilizarán este "descenso" para justificar las bondades de unas políticas económicas que, a grandes rasgos, los principales partidos políticos del Régimen del 78 comparten o, como mínimo, han dejado pasar sin hacer demasiado ruido. Alguna enmienda parlamentaria y poco más en el mejor de los casos. Lo que nos dirán con una boca mucho más pequeña es que, como ya hace demasiados años que dura, la mayoría de los nuevos contratos que se celebran son muy precarios. Algunos de duración muy limitada en el tiempo, aunque todo el mundo sabemos que una gran parte de los contratos de obra y servicio son muy susceptibles de ser fraudulentos. Y eso siendo muy benévolos con los empresarios. Como tampoco nos explicarán mucho que algunos miles de contratos más lo son de tiempo parcial. De unas pocas horas al día o, incluso, a la semana. Aunque si nos lo explicaran, tampoco nos extrañaría demasiado ya que, ¿cuántos de nosotros no conocemos gente que con un contrato por horas está haciendo una jornada completa? Yo mismo, sin ir más lejos, en varios momentos de mi vida?

Ante todo esto, desde el sindicalismo no podemos permanecer de brazos cruzados. Debemos tener muy claro que la lucha contra el paro no es nuestro único objetivo ni el principal. La CGT hace mucho tiempo que argumentamos que más allá de los datos de la EPA hay que ver qué tipo de contratos se hacen. De hecho, la misma EPA reconoce que en Cataluña durante el último año el número de "ocupados" con contratos a tiempo parcial ha crecido un 7%, mientras que con contratos a jornada completa apenas lo ha hecho el 2%. Pero también es urgente y necesario hacer mucho más y saber adecuar nuestras prácticas sindicales en la realidad precaria de millones de trabajadores. De los que no tenemos casi ni el derecho a tener un ERE porque simplemente basta con sentarse y esperar a que nuestro contrato finalice. Y que en muchos casos nos encontramos con serias dificultades para poder participar de los comités de empresa, ya sea porque estamos subcontratados por ETTs o porque nuestro contrato no dura lo suficiente como para poder aspirar a llegar a unas elecciones sindicales ni, mucho menos, agotar lo que dura una legislatura.

Si queremos dejar de ser una nota en un libro de historia, y seguir siendo herramientas para la construcción de nuestro futuro colectivo, los sindicatos debemos pensar como respondemos a esta realidad. Y hacerlo dejando de lado discursos voluntaristas o grandilocuentes. Debemos pensar como redefinimos los espacios de conflicto entre el trabajo y el capital. Y actuar en consecuencia. Quiero pensar que CGT desde hace un tiempo estamos en este camino y que en los próximos meses veremos los frutos. Mientras, os dejo una pequeña herramienta que hemos editado desde la CGT de Cataluña y que se puede descargar libremente aquí (Pequeña guía de autodefensa laboral para precarias).