Decir un simple "soy catalana" según en que lugar lo digas es casi como un pecado. Y además nos encontramos en un momento histórico que hay hasta catalanes, que se creen con el derecho y la autoridad de catalogar a unos como catalanes de primera y a otros de segunda.
Decir un simple "soy catalana" según en que lugar lo digas es casi como un pecado. Y además nos encontramos en un momento histórico que hay hasta catalanes, que se creen con el derecho y la autoridad de catalogar a unos como catalanes de primera y a otros de segunda, e incluso colgarles la etiqueta de "charnegos". Pero poco importa lo que esté pasando frente a lo que cada uno de nosotros quiere hacer con respecto a ello.
A los catalanes, tienen la costumbre de decirnos, tanto desde dentro como desde fuera, lo que tenemos que hacer, como si cada uno de nosotros o de nosotras hubieramos perdido la capacidad de tomar nuestras propias decisiones.
Y en este punto se equivocan los unos y también lo hacen los otros. Los catalanes y las catalanas contamos con todo lo necesario para elegir nuestro camino, sea este el que cada uno piense que es mejor para todos. No sére yo quien le diga a los lectores y lectoras de este humilde diario la decisión que tienen que tomar, porque pienso que la que cada uno tome tiene que ser personal y es la correcta.
En todo caso sí os invitaré a cada uno a dar un paso y os dejo un video para vuestra particular reflexión. Dad un paso para avanzar, porque esto que esta pasando tiene que ver con todos nosotros. Sí, sí, también contigo que estás leyendo.
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