¿Necesitará la banca española una inyección de 9.000 millones de euros?
Según un durísimo test de estrés realizado por Goldman Sach, los bancos españoles que cotizan en bolsa, tienen un déficit de capital de 9.000 millones de euros, aunque esta cifra se reduciría a 4.100 millones si Europa admite a trámite la reforma de los activos fiscales diferidos (DTA) que negocia el Gobierno con Bruselas.
Sobre la base de operaciones inmobiliarias este banco de inversión asume una pérdida del 50% en edificios terminados, del 90% en el resto de inmuebles y del 80% en participaciones en promotoras. Aunque las condiciones se agravan con una asunción de un 100% de impago en los adjudicados y del 83% en el crédito promotor . Para las hipotecas minoristas, asume un crecimiento de otros 5 puntos en la morosidad y que tanto los créditos morosos como los subestándar se provisionan como fallidos.
Para hacer frente a estas pérdidas, las entidades españolas examinadas cuentan con un fondo provisionado de cerca de 70.000 millones, con su capacidad de generar beneficio antes de provisiones en los dos próximos años y con su exceso de capital actual. La cuestión es dónde situar el listón para comprobar si los fondos propios actuales son suficientes o insuficientes para superar un escenario así.
El mercado exige actualmente que se cumplan los nuevos requisitos de Basilea III; y no los que entran en vigor gradualmente en 2014, sino su cumplimiento completo como si estuviéramos en 2019, lo que se denomina Basilea III "fully loaded" y si se toma un 8% para esta ratio, arroja un déficit de 9.000 millones.
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