“España sin resolver”: diez años de vida española en la visión de un periodista

Hay dos oficios conexos, aunque muy diferentes, cada uno de ellos con sus peculiaridades y limitaciones. Y así mientras el historiador no ha de tener en cuenta el tiempo -salvo que le apremie su editor…- y se debe a criterios rigurosos de exactitud y fiabilidad en el desarrollo de sus investigaciones, el periodista, aun respetando la obligación que también tiene de contrastar datos e informaciones, está obligado por la inmediatez de su oficio a no permitirse demoras, habida cuenta que le espera la rotativa, el micrófono o la cámara. Esto hace que quien no hila fino, pueda meter la pata con facilidad. Y los hay que lo hacen con frecuencia.

España sin resolver.

No es el caso de David Felipe Arranz, que ha recogido lo más destacado de su quehacer informativo en un volumen titulado «España sin resolver. Crónicas de la postransición (2010-2020)» (Pigmalión) La proximidad del tiempo descrito en su quehacer periodístico permite captar la agudeza de Arranz en el análisis de los hechos, situaciones, contradicciones y personajes de nuestro país en un momento en que parece que la mejor herencia que dio la vida española en el siglo anterior, que fue sin duda la modélica transición, quiere ponerse en tela de juicio, cuando no revisarse o sencillamente arrinconarse.

Pese a que, como cabe suponer, tuvo que redactar cada una de sus crónicas con la diligencia propia del trabajo periodístico, llama la atención la enciclopédica cultura humanística de Arranz, que las adoba y enriquece con citas de personajes y referencias históricas o literarias que vienen siempre muy a propósito. Esto, en una profesión como la periodística, donde existe una desmelenada tendencia a la banalización, la utilización de lugares comunes y apriorismos indemostrables, cuando no la constancia fehaciente de ignorancias -incluso ortográficas- que antaño se suponían debidamente resueltas en el Bachillerato, constituye una experiencia gratificante que cauteriza nuestras penas.

Más aún: los historiadores sabemos que los textos periodísticos se convierten con el tiempo en una valiosa fuente documental, pero como hay de todo en botica, los hay más y menos confiables. El libro de Arranz pertenece sin duda al primer grupo y será una excelente obra de consulta para los investigadores futuros. En cualquier caso y como dice el autor “quizá este «España sin resolver» le sirva a algún lector o lectora como recelo e indagación en lo que pasa en los salones del poder; para no aceptar, así como así, lo estatuido y dejemos de una vez por todas de ir tirando y el virgencita que me quede como estoy, que parece que le henos cogido gusto masoca a que nos traten cono carne de voto, de propaganda, del tejemaneje de unos poco en definitiva”.