ERC y Bildu colocan entre las cuerdas a Pedro Sánchez por la reforma laboral "light" de Yolanda Díaz

Inés Arrimadas y Pedro Sánchez en su última reunión en Moncloa/ @Moncloa

Tras lograr poner de acuerdo a la CEOE y sindicatos Moncloa llama a la puerta de  Ciudadanos porque no tiene garantizados los apoyos de ERC y Bildu. Ante esta estrategia  Podemos se muestra  incómodo, pero el PSOE ve en el partido naranja la necesaria herramienta para lograr los votos necesarios que les permita convalidar el real decreto ley y evitar así la tramitación parlamentaria de la norma como proyecto de ley. 

Los Reales Decreto Ley se diferencian de las leyes en que están promulgadas por el Gobierno y no por el Parlamento. La diferencia entre ellas es que el Real Decreto Ley se dicta por el Gobierno en caso de extrema y urgente necesidad.  

Los socialistas sumarían sus votos y los de Podemos a los de C’s, Más País, Teruel Existe, Coalición Canaria, el PRC y el PDeCAT porque están convencidos, además, que ERC y Bildu, se "abstendrán".

Esta semana, Edmundo Bal, portavoz de Ciudadanos en el Congreso, ha reiterado que en la reforma laboral hay "cosas buenas" que su partido comparte, como la firma de todos los agentes sociales o el combate de la temporalidad, pero también incluye medidas que no les gustan nada, como la ultractividad o la preeminencia de los convenios del sector, aunque sea sólo a efectos salariales.

Pedro Sánchez quiere que Inés Arrimadas vuelva a salvar al Gobierno de coalición dado que  para los socialistas el texto que finalmente se ha aprobado de la Reforma Laobral "es asumible por el ideario político de Ciudadanos". 

Además el Ejecutivo de coalición confía en el hecho de que el actual texto que ha aprobado este martes el Gobierno es prácticamente igual al que en su momento acordaron el PSOE y Ciudadanos, cuando en 2016 exploraron un Gobierno conjunto. 

Con quien no cuentan en Moncloa para convalidar el real decreto ley de la reforma laboral es con el PP y los de Pablo Casado tampoco parecen estar dispuestos a mover ni un solo dedo para que esa reforma se apruebe.