viernes, 29 de marzo de 2024 15:48
Editorial

COMIENZA EL CONFLICTO

Manuel Fernando González Iglesias
Manuel Fernando González Iglesias

A Coruña, 1952

De la Declaración unilateral de independencia que han aprobado en solitario 72 diputados en el Parlament de Catalunya que están avalados por 1.966.000 votos (el 35,6% del censo), ha devenido el Consejo de Ministros extraordinario que ha decidido recurrir al Tribunal Constitucional para que invalide tal Declaración, y de ahí, la decisión más que probable del Alto Tribunal de hacerle caso al Gobierno del Estado. Tras la cual, entramos en dos vías muertas completamente asimétricas. Una, la vía del acatamiento por parte del bloque independentista de esa decisión institucional y plenamente legal, algo bastante improbable. O dos, la solución del enfrentamiento entre la ley y los insumisos. Así pues: el conflicto ha comenzado. 


El Jueves 12 de Noviembre puede ser una jornada triste y desgraciada para muchos de los que vivimos en Catalunya que nunca hemos querido la confrontación y siempre hemos apelado al sentido común que nos han dejado como preciosa herencia nuestros abuelos: "Cada uno en su casa, y Dios en la de todos". O sea: en una Europa sin fronteras, exijamos que cada uno gestione sus dineros y dejemos ya de cuestionar al Estado, algo que los independentistas catalanes y los nacionalistas españoles no acaban de asimilar.


Por lo que parece, para que podamos llevar a cabo un refrán tan antiguo como sabio, hace falta, primero, que la liemos bien gorda, dicho correctamente, la líen bien gorda los que no quieren que les juzguen por el 3%, los iluminados de un mundo imposible, los biznietos del Antiguo Régimen y dos presidentes incompetentes y mediocres (la lista es mucho más larga y el espacio editorial corto). Y luego, que nos pongamos a pensar.


Hoy leo con una sonrisa irónica en los labios la editorial del Grupo Godó el mismo al que hemos dedicado varios comentarios en esta misma sección del editor llegando a llamar a su buque insignia de papel el "diario oficial del régimen". Fuimos los primeros que lo hicimos, incidiendo además en que su voracidad financiera había causado un enorme perjuicio en las cuentas públicas de la Generalitat y sobre todo, había extenuado el caladero publicitario en el que pescamos unos, con barcos de arrastre y otros, como nosotros, con una pequeña barca familiar. Ahora toca dar marcha atrás, y los del Señor Conde, sin ninguna clase de escrúpulos, la han dado y además exigen sin ningún pudor a los mismos que jalearon indecentemente una "rectificación" en toda regla. Juzguen Vds. que son más sabios y padecerán este conflicto igual que nosotros lo que hay de ético y estético en esta actuación del primer grupo editorial de Catalunya. Solo para regodearme en la infamia repetiré aquello que ya escribimos jocosamente alguna otra vez: Conde de Godo, Grande de España y "petit" de Catalunya.


Me da pena el President Mas que ahora se ve abandonado por los que tan generosamente subvencionó y además "ninguneado" por la CUP. Lo escribo con la sinceridad del que no comparte sus ideas políticas pero defiende apasionadamente que pueda expresarlas .En nuestro pequeño grupo de diarios digitales, siempre le hemos criticado duramente cuando ha dado muestras de prepotencia política o sobreactuación partidaria. Ha puesto las manos en el fuego por tantos de sus correligionarios, que debe tener los dos miembros abrasados irremisiblemente.Y, por si esta fuera poca penitencia, incluso los "antisistemas" le han dejado en ridículo ante todo el pueblo de Catalunya en el lugar que los catalanes consideramos como el más sagrado: el Parlament.


Ahora le toca actuar a Rajoy, un pontevedrés lento y desganado, al que en su pueblo martiriza en cada legislatura un militante del Bloque apellidado Lores, que además de médico, es un buen alcalde al que votan sus conciudadanos pasándose por la entrepierna los berrinches de nuestro Presidente el gobierno, que en la Galicia eterna y caciquil no es poca cosa. Al menos, en eso de los desaires, Don Mariano y Don Artur tienen un desamor político que compartir, aunque eso no sirva para que jueces, fiscales y policías se lancen a la yugular de los que muestren públicamente su insumisión ilegal. El argumentario del Estado es muy simple: si ETA llegó a asesinar a 829 conciudadanos y no consiguió, ni siquiera, vislumbrar su Euskadi independiente y abertzale, acabando la mayoría de sus pistoleros en la cárcel, ¿cree alguien que el Reino de España va a dar un paso atrás ahora que se le ha obligado a poner en marcha su maquinaria de autodefensa?


Es posible que el jueves tengamos "autotamayazo" en la CUP y que dos "insumisos" cambien su voto por el bien de la patria. Es igual, el daño ya está hecho y la pelea espera a los contendientes y sobre todo a los que no lo somos. Por eso, ante tal inevitable irresponsabilidad solo queda mirar hacia el futuro y comenzar a soñar.


Soñar con que una nueva generación de catalanes ha de coger las riendas de este país ahora "encallado" y dividido. Nuestros héroes han de ser inteligentes, abiertos, solidarios e internacionalistas, como ya lo fueron sus tatarabuelos. Tendrán que recuperar el orgullo de pasearse por cualquier lugar de España sin que les insulten y sí que les admiren por vivir en una Catalunya próspera e igualitaria. Usaran el catalán como lengua del pare o de la mare, el español como idioma de la familia que tiene repartida por toda la península, y el inglés y hasta el chino o el alemán, porque serán plurilingües. Buscarán que donde vivan la sociedad sea multiracial. Unos tendrán pareja masculina y otros femenina, superados los oscuros tiempos de la discriminación sexual. Los niños de todos ellos comerán sano en los comedores infantiles, y los viejos que podamos acompañarles en ese viaje a la otra Ítaca seremos tan felices como lo son los de los países ricos que ahora tanto admiramos. En fin, estos catalanes y catalanas, serán mucho mejor que nosotros y, sobre todo, vivirán en paz, no dejándoles herencias envenenadas a las futuras generaciones.


Todo lo que nos pase a partir de mañana, merecerá la pena sufrirlo, sobre todo, si lo que ahora es un sueño llega a hacerse algún día realidad. Ojalá.


COMENTAR

Sin comentarios

Escribe tu comentario




He leído y acepto la política de privacidad

No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.

Más opinión
Opinadores
Pressdigital
redaccion@pressdigital.es
Powered by Bigpress
RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS. EDITADO POR ORNA COMUNICACIÓN SL - Publicidad
Aviso-legal - Política de Cookies - Política de Privacidad - Configuración de cookies - Consejo editorial
CLABE