El tío de la niña muerta en Huesca la torturaba desde hace tiempo
Según los datos de la autopsia -cicatrices y marcas- y la propia confesión del presunto asesino, las palizas eran frecuentes.
Naiara sufría palizas de forma habitual.
Cuanto más va trascendiendo sobre el crimen que acabó con la vida de una niña de 8 años de Huesca, más cruel se revela. Según datos de la autopsia y la propia confesión del presunto asesino, un lucense de 33 años, las palizas eran frecuentes.
Según esta información, además de las graves heridas que provocaron la muerte de la niña, Naiara, su cuerpo presentaba multitud de cicatrices y marcas que los forenses atribuyen a agresiones anteriores.
La instrucción se está desarrollando bajo secreto de sumario, mientras el lucense Iván Pardo Pena ha sido enviado a prisión provisional sin fianza como presunto autor de un delito de asesinato.
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