La mujer de Albano Dante le sirve un plato frío de venganza a Xavier Domènech

Marta Sibina fue la número dos de En Comú Podem en las pasadas elecciones generales. 

Dicen que la venganza se sirve en plato frio, por eso, Marta Sibina, mujer de Albano Dante Fachín, ha escogido el momento político donde ha creido que podía hacer "el mayor daño" posible a la confluencia Catalunya en Comú Podem y a "su amigo de procés" en el Congreso, Xavier Dómenech que se lo juega todo en las elecciones del 21D. Ella lo deja claro no hará campaña por él. 

En una misiva Sibina,  en la que "entre líneas" se insinúa fuera de la organización gracias a la cual es diputada en el Congreso critica que no fuera invitada a participar en los debates para fijar las posiciones políticas de Catalunya en Comú-Podem.  

Aunque hay que recordar que durante el 1-O hizo campaña a favor del referéndum con la CUP, y que a pesar de ser la número dos no está en las quinielas para sustituir a Domènech en la portavocía del grupo en el Congreso, cuando este sea diputado en el Parlament. ¿Tendrá algo que ver esto en su última rabieta pública?.

Marta Sibina aplaude a la sociedad catalana que acudió a las urnas en el referéndum del 1-O, identificándose con una "verdadera revolución democrática" y "sin ningún tipo de subordinación". La todavía número dos de los "comuns" en el Congreso se muestra en desacuerdo "con muchas de las cosas que se han dicho y hecho durante estos días".

Rechaza de pleno que se equipare la DUI y con la aplicación del artículo 155 de la Constitución, el principal eje de campaña con el que Domènech trata de establecer distancias tanto con el bloque independentista como con el polo constitucionalista.

Además no se corta a la hora de criticar que Podemos "reduzca la situación catalana a un intercambio de golpes" y, más concretamente, en referencia a las palabras de Pablo Iglesias este domingo en un acto en Barcelona, indica que no comparte el hecho de que se acuse al independentismo de haber despertado al fascismo. Finalmente, Sibina se posiciona a favor de la unilateralidad, e incluso argumenta que tanto Domènech como Ada Colau también actuaron unilateralmente,  cuando paraban desahucios u ocupaban las plazas durante el 15-M.