La perla de Carla (V)
Mi mayor éxito como traductora (y espía) es ser intérprete en la reunión privada entre Kim Jong-un y Donald Trump. Traduzco frases cada vez más fuertes.
MINISTRA
Vestida con mi traje de chaqueta color pistacho, bajo la escalera hasta la cocina donde trajina mi madre y le pregunto:
─¿Te gusta?
─Muy llamativo ─dice.
Subo y bajo vestida con mi traje de chaqueta rosa.
─Muy empalagoso ─dice mi madre.
Subo y bajo vestida con mi traje de chaqueta celeste y cojo mi cartera de maestra.
─¿Adónde vas tan elegante? ─pregunta mi madre.
─Yo también puedo ser ministra ─le digo.
KIM Y TRUMP
Mi mayor éxito como traductora (y espía) es ser intérprete en la reunión privada entre Kim Jong-un y Donald Trump. Traduzco frases cada vez más fuertes.
Trump coge su vaso de agua y se la tira a Kim.
Kim se levanta, pilla la bandeja de canapés y la lanza sobre Trump.
─¡Quietos! ─les digo─. ¡Basta ya! ¡A ver tú, Donald, de cara a pared! ¡Y tú, Kim, de rodillas al otro lado!
Ambos protestan indignados.
─¡Obedeced, o tendré que daros una buena azotaina! Y a partir de ahora, castigados sin canapés. ¡Los dos a dieta, que estáis muy gordos y vuestro mundo pasa hambre!
COLORES
Desde pequeña me encantan los colores. Ahora, me encanta cortar en la cocina pimientos verdes, rojos y amarillos, para ayudar a mi madre, que los echa a una fuente.
Mientras, veo la tele. El cambio de gobierno.
─Vaya ─digo─, el gobierno de Hispania ha cambiado de color.
─¿De azul a rojo? ─pregunta mi madre.
Lo pienso un momento y digo:
─No hay pimientos azules. Habrá sido de amarillo a rojo.
Miro cómo mi madre mezcla los pimientos picados en la fuente y añado:
─Ten cuidado. Estás mezclando todos los colores.
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