Lo primero que debe decirse respecto del llamado caso Bárcenas es que Rajoy en particular y el PP en general lo han gestionado de forma pésima y con un inadmisible retraso en el anuncio de comparecencia ante el Parlamento por parte del presidente del gobierno que sólo ha servido para alimentar la desconfianza y la desafección de la sociedad hacia la clase política.
Todos tienen el derecho a la presunción de inocencia. Pero esto no debe ser obstáculo para que los políticos expliquen cuando los acontecimientos suponen una grave crisis de confianza y deben hacerlo en la tribuna donde corresponde, que es el Parlamento. No es la primera vez que Rajoy utiliza la táctica del avestruz para no tener que enfrentarse a los problemas, pero en esta ocasión ha ido demasiado lejos, tanto, que su silencio se le ha vuelto en contra y sólo ha servido para dar munición a sus adversarios, pero sobre todo a sus enemigos, incluidos los del propio partido.
El 1 de agosto comparecerá obligado por la presión social y mediática. Además, muy probablemente con esta comparecencia no será suficiente. Saldrán más noticias sobre el caso Bárcenas y por tanto, serán necesarios más explicaciones en función de cómo evolucionen los hechos y según las noticias que se vayan produciendo. Sería bueno para nuestro sistema y para la democracia en general que actúe con mayor celeridad. La sociedad lo reclama y la obligación de los políticos es precisamente estar al servicio de las necesidades de la sociedad.
Marta Llorens, vicepresidenta portavoz de Unió y portavoz adjunta de CiU en el Parlamento.
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