España gastará más en 2025 de lo comprometido con Bruselas para cumplir con el 2% del PIB en Defensa
Confirma a Bruselas el cumplimiento de la senda de gasto en 2024 y gana margen de 7.300 millones para compensar desviaciones
El Gobierno espera un crecimiento del gasto primario neto, o gasto computable, del 4,1% para 2025, ligeramente por encima del objetivo anual del 3,7% fijado en la Recomendación del Consejo de la Unión Europea, ante el compromiso del Ejecutivo de alcanzar ya este año el umbral del 2% del PIB en gasto en seguridad y defensa.
El Gobierno ha remitido este miércoles a la Comisión Europea el 'Informe de Progreso Anual', que recoge el cumplimiento de los compromisos fiscales y en materia de política económica incluidos en el Plan Fiscal y Estructural de Medio Plazo presentado el pasado mes de octubre y que constituye el principal documento de planificación fiscal de medio plazo.
El gasto para 2025 se ha calculado con la información actualmente disponible e incluye el compromiso del Gobierno de alcanzar ya en 2025 el umbral del 2% del PIB en gasto en seguridad y defensa a través del despliegue del Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa.
En cualquier caso, se espera que el gasto crezca en el acumulado 2024-2025 un 8,4%, por debajo del 9,2% incluido en la Recomendación del Consejo y el compromiso completo para el plan no varía.
Además, las estimaciones para 2025 apuntan a que, tanto el saldo anual como el acumulado en la cuenta de control se mantendrían por debajo de los límites permitidos (0,3% del PIB en anual, 0,6% del PIB en acumulado).
CUMPLE LOS OBJETIVOS FIJADOS PARA 2024
Sobre el ejercicio 2024, España ha confirmado a la Comisión Europea que cumplió con la regla de gasto comprometida de forma holgada, lo que permite tener un mayor margen de unos 7.300 millones de euros para los próximos ejercicios, algo que podría compensar ese incremento previsto para Defensa.
Los datos recogidos en el informe muestran que España cumplió con la regla de gasto comprometida con la Comisión Europea para 2024. En concreto, el gasto primario neto, o gasto computable, creció en España un 4,1% en 2024, por debajo del 5,3% recogido en el Plan Fiscal-Estructural presentado a Bruselas y permite cumplir también con el Consejo de la UE en su Recomendación del 21 de enero.
Esa diferencia equivale a unos 7.300 millones de euros (0,5% del PIB), que, como marcan las nuevas reglas fiscales europeas, se registrará como un "crédito" a favor de España en la conocida como 'cuenta de control', y servirá para compensar eventuales desviaciones futuras de la regla de gasto.
Hay que recordar que con las nuevas reglas fiscales es el gasto computable la variable clave que tiene en cuenta la Comisión Europea para evaluar el cumplimiento del Plan Fiscal por parte de un Estado miembro.
"Por tanto, España cumplió con la regla de gasto de forma holgada y eso permite tener un mayor margen para los próximos ejercicios", ha destacado el Ministerio de Economía.
Todo esto teniendo en cuenta que el gasto ligado a la gestión de las consecuencias de la DANA ascendió en 2024 a 5.590 millones de euros, siendo el más importante el asociado a las compensaciones del Consorcio de Compensación de Seguros (4.712 millones).
EL GOBIERNO DA POR CUMPLIDA LA REFORMA FISCAL
Para 2025 se prevé un déficit del 2,5% del PIB (excluyendo el impacto las medidas de la DANA, que finalizarán este año). Esta previsión cumpliría con el objetivo del plan fijado el pasado mes de octubre.
Por el lado de los ingresos, para 2025 se prevé una moderada ralentización del crecimiento, con una tasa de variación del 6%, alcanzando el 41,3% del PIB (excluyendo los ingresos procedentes de la UE).
Esta evolución se explica por el impacto neto de medidas tributarias, que este año será positivo debido a la reversión completa de las rebajas impositivas, a la ausencia de sentencias desfavorables y a la adopción de medidas normativas que incrementarán la recaudación, como son la introducción del Impuesto mínimo complementario, del Impuesto sobre el margen de interés y comisiones sobre determinadas entidades financieras (en sustitución del gravamen), la subida de tipos en la base del ahorro del IRPF, la subida de tipos sobre las labores del tabaco o el establecimiento de un nuevo impuesto sobre consumo de los nuevos productos relacionados con el tabaco.
Además, en el ámbito tributario el Gobierno ha dado por cumplida la reforma fiscal comprometida con Bruselas, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que ha contribuido en el aumento de ingresos públicos en 0,3 puntos. Se prevé que, con medidas adicionales que se puedan adoptar hasta finales de año --estimadas en una décima del PIB--, el incremento de ingresos estructurales alcanzará el 0,4% del PIB.
En el informe, el Gobierno ha calculado el impacto de algunas de las medidas tributarias más recientes. Por ejemplo, el Impuesto temporal de solidaridad de las grandes fortunas ha supuesto un incremento de la recaudación de 623 millones anuales, mientras que la introducción del impuesto mínimo complementario supondrá un aumento de ingresos de 2.200 millones.
En cuanto a los gastos de 2025, su peso sobre PIB se reducirá ligeramente hasta el 44% (excluyendo los gastos financiados por la UE). La disminución se explica principalmente por la significativa reducción de los gastos 'one-offs' previstos para 2025, que compensa, en parte, el aumento del gasto por el compromiso del Gobierno de alcanzar el 2% del PIB en gasto en seguridad y defensa ya en 2025.
Según el Gobierno, el Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y Defensa incrementará, principalmente, el gasto en formación bruta de capital (y, en menor medida, la rúbrica de remuneración de asalariados por el aumento de los salarios del Ejército y la rúbrica de consumos intermedios por la mejora de su equipamiento).
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