Telefónica completará el apagado de su red de cobre este martes tras 11 años
Telefónica culminará este martes, 27 de mayo, el apagado de su red de cobre, que a lo largo de la historia de la compañía ha dado soporte a sus servicios de telefonía fija y de Internet (ADSL), pero que ha quedado obsoleta con la llegada de la fibra óptica.
En 2014, en el marco de un proceso piloto de modernización de sus infraestructuras, la compañía acometió los primeros desmantelamientos de centrales de cobre --una en Sant Cugat del Vallès (Barcelona) y otra en Torrelodones (Madrid)-- y hoy se cerrarán las últimas 661 de las 8.532 instalaciones de este tipo con las que contaba la compañía en el marco de un proceso de apagado consensuado con la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
A pesar de que el proceso comenzó hace 11 años, el mayor impulso se produjo en 2024 y al cierre del primer trimestre de este ejercicio la empresa había desmantelado casi el 94% de sus centrales de cobre (7.820).
"Telefónica ha liderado el cierre del cobre en Europa con el apagado de la red de cobre en España. Gracias a esta migración tecnológica, los clientes de nuestra compañía pueden contar con una red de ultra banda ancha que ofrece siempre mejores prestaciones que la red de cobre", ha destacado la compañía sobre el proceso que culminará este martes.
A lo largo de todo el proceso, Telefónica ha avisado a los usuarios del desarrollo del apagado de su red de cobre mediante correos electrónicos, burofaxes, llamadas telefónicas o en las propias facturas y ha migrado el servicio 99,99% de sus clientes.
En concreto, el 94% de los clientes cuenta ahora con fibra y el 6% restante suple el apagado del cobre con otras tecnologías como el Internet satelital.
La cobertura de la fibra óptica de Telefónica a finales del primer trimestre del año rozaba los 32 millones de hogares, por lo que la compañía cuenta con la red más extensa en España.
En este contexto, las principales ventajas de la fibra sobre el cobre tienen que ver con una mayor velocidad en la transmisión de información, con el incremento de la capacidad de ancho de banda y también con la mejora de la eficiencia energética.
En términos de emisiones, la fibra óptica consume 18 veces menos que el cobre con un tráfico equvalente y, según datos de Telefónica, el impacto ambienta de la nueva red es un 94% inferior.
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